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Xi Jinping y Joe Biden.
Joe Biden y Xi Jinping se ven las caras

Joe Biden y Xi Jinping se ven las caras

La primera videoconferencia entre los dos líderes tiene como objetivo discutir una competencia «responsable» que evite la Guerra Fría

Mercedes Gallego

Corresponsal en Nueva York

Lunes, 15 de noviembre 2021, 23:38

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Hubo un tiempo en el que se consideraban «viejos amigos», pero desde que ambos son jefes de Estado Joe Biden ha aclarado que aunque se conocen desde hace mucho, lo suyo con Xi Jinping no es más que «una relación de negocios». Con todo, sus conversaciones han sido más largas y amigables de lo que nadie hubiera esperado, dadas la rivalidad entre EE UU y China, pero hasta hoy -madrugada del martes en España- no se han visto las caras.

Todo el mundo sabe que no es lo mismo hablar por teléfono, que verse en videoconferencia o encontrarse en persona. El presidente estadounidense, un tipo llano que da abrazos y se toma confianzas, hubiera preferido un encuentro personal, pero el líder chino no ha salido de su país desde que empezó la pandemia. Tras dos largas llamadas telefónicas este año, en febrero y septiembre, ambos se citaron para una videoconferencia, a petición de Biden.

No hay expectativas de ningún anuncio que sorprenda, como lo hicieron sus representantes en Glasgow con el acuerdo de cooperación contra el cambio climático, pero la Casa Blanca se ha preparado para «horas» de conversación. Y ahí habrá de todo. Para romper el hielo, Biden planea contarle al líder chino los detalles del histórico plan de infraestructura por un billón de dólares que ha firmado este martes mismo, que sin duda el líder chino escuchará con gran atención y la debida cortesía.

Menos armonía se espera en torno a temas espinosos como los comentarios que ha hecho Biden refrendando el compromiso estadounidense de defender Taiwán en caso de un ataque militar chino. La visita a la isl,a sin anunciar, que hiciera la semana pasada una delegación del Congreso estadounidense con trece legisladores no fue vista con buenos ojos en Pekín, a sabiendas de que Taipei les informaba del acoso militar que sufre, pero todos los legisladores implicados eran del Partido Republicano, sobre el que Biden no tiene control.

El presidente norteamericano se verá obligado también a cuestionar el trato que da Pekín a los miembros de la etnia musulmana de los Uyghurs, que según el propio Departamento de Estado están siendo víctimas de un genocidio. Otro asunto espinoso heredado del gobierno de Trump es el estado de las sanciones comerciales que siguen en pie. En contrapartida, China tampoco ha cumplido la promesa de adquirir productos agrícolas estadounidenses por valor de 200 millones de dólares.

Ambos países ven el marco comercial como el eje de sus relaciones bilaterales y se enfrentan al encuentro virtual de hoy con el objetivo de que la competencia entre ambos no se convierta en una guerra fría. Washington no oculta que la intempestiva salida de Afganistán, que tan caro ha costado a la popularidad de Biden, tenía como objetivo reagrupar su atención en Asia, como China no dudó en establecer relaciones con el gobierno talibán que EE UU quería aislar hasta que demuestre la buena voluntad expresada.

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