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Los doce niños y su entrenador atrapados en la cueva de Tailandia ya están a salvo

Concluye con éxito la tercera jornada de rescate con la salida de los últimos cuatro chicos y su tutor, que permanecerán una semana hospitalizados para un completo chequeo médico

colpisa

Tailandia

Martes, 10 de julio 2018, 08:10

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La pesadilla ha terminado. Los doce niños atrapados en una cueva de Tailandia junto a su entrenador de fútbol han logrado ser rescatados este martes, según ha confirmado la Marina. La operación de rescate, que comenzó el domingo, se ha prolongado durante tres jornadas y ha terminado hoy con la salida de los últimos cuatro chicos y su tutor, que permanecerán una semana en el hospital provincial de Chiang Rai para someterse a un completo chequeo médico.

Todo comenzó hace semanas, cuando los chicos, acompañados por su entrenador, se internaron durante una excursión en una cueva de estalactitas y estalagmitas, la cueva de Tham Luang, situada al norte de Tailandia. Las lluvias que descarga el monzón durante estos meses en el país asiático irrumpieron durante su travesía, inundaron las galerías y les dejaron atrapados. Cuando finalmente se dio con ellos, a cuatro kilómetros de la entrada, se barajaron varias posibilidades para su rescate, una operación que se reveló muy difícil. Que aprendieran buceo en aguas oscuras -uno de los más duros y el más agobiante, el que requiere una técnica más pulida- no parecía muy plausible; los chicos, además, se sentían débiles tras pasar días sin comer ni ver la luz.

Los sifones, las cavidades anegadas de agua, estrechas, en las que el buceo se convierte en una misión casi imposible, se convirtieron en el principal obstáculo para lleva a cabo el rescate. Cuando hace cuatro días uno de los buzos que participaba en el salvamento murió, se encendieron todas las alarmas sobre los peligros que acechaban a los jóvenes. Algunos de ellos fueron descritos por David Quinzaños, cabo primero de la Guardia Civil de la Unidad de Actividades Subacuáticas, quien explicó que dos buzos acompañaban durante el rescate a cada niño, que llevaban un «latiguillo largo conectado a una máscara de presión positiva que se le pone en la cara, y con la que respira con total normalidad». Lo más peligroso, añadió, fue lograr que los menores no pierdieran la calma, ya que un ataque de pánico podía resultar fatal.

A pesar de la angustiosa situación de los jóvenes, que ha acaparado la atención internacional e incluso suscitado reacciones de varios mandatarios -con mensajes en Twitter del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, o del español Pedro Sánchez-, los chicos lograron hacer llegar al exterior una carta. Quizá fue el momento de mayor respiro en medio de esos días duros, de temor por la suerte de los pequeños. En su misiva, los chicos, que escribían con candor, esperanzados, afirmaban: «Mamá, papá, no os preocupéis por mí. Los Navy Seals se están preparando para llevarnos a comer pollo frito. Os quiero».

El contingente internacional de buzos rescatistas volvió a entrar esta mañana en la cavidad a las 10.09 hora local (03.09 hora GMT) con el objetivo de regresar con las cinco personas que entonces seguían atrapadas. Otras cuatro personas -un médico y tres miembros de la Marina- también abandonaron la gruta tras permanecer días en tareas de asistencia médica y psicológica para el grupo de niños.

Esta tercera operación resultó más lenta que las realizadas la víspera y el domingo debido al mayor número de personas evacuadas y las lluvias que habían azotado la región en las últimas horas. Los miembros de salvamento, junto a los niños, superaron un complejo de laberínticas galerías parcialmente inundadas y con desniveles y visibilidad nula para alcanzar la boca de la cueva. El grupo quedó atrapado en la gruta el 23 de junio y fue hallado el día 2 de julio tras nueve jornadas de intensa búsqueda.

Finalmente, los trece chicos han logrado ser rescatados. Falta por confirmar el estado de salud de los cinco que han salido hoy. Se sabe que los once restantes se recuperan en el hospital.

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