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J. GÓMEZ PEÑA
Domingo, 4 de mayo 2025, 00:02
Aunque las encuestas anunciaban una reñida pugna en las elecciones australianas, el actual primer ministro, el laborista Anthony Albanese, logró ayer una clara victoria frente al candidato conservador, Peter Dutton, que ha perdido su escaño. Con el 90% de los votos escrutados, se había asegurado 80 de los 151 asientos de la Cámara de Representantes. Podrá gobernar con mayoría absoluta. La Coalición Liberal Nacional de Dutton se queda con 40 asientos y el resto de los partidos son minoritarios. Al perdedor de la jornada electoral, que fue policía, le ha penalizado su cercanía a Donald Trump.
Albanese, en cambio, había basado buena parte de su campaña en criticar y oponerse a los aranceles implantados por el presidente de Estados Unidos: del 25% para el acero y el aluminio de Australia. En su discurso triunfal de ayer, envió un mensaje a Washington: «Nuestro Gobierno elegirá el camino australiano, porque estamos orgullosos de lo que somos y de todo lo que hemos construido juntos en este país. No necesitamos suplicar ni pedir prestado de ningún otro lugar». No se arrodillará ante el inquilino de la Casa Blanca. Eso ha prometido y por eso, entre otras cosas, los votantes han vuelto a confiar en él, como hicieron en 2022 cuando puso fin a ocho años de gabinetes conservadores.
La figura de Trump es omnipresente. Como en los recientes comicios en Canadá, ha triunfado el candidato que se opone a las políticas del magnate neoyorquino. Allí venció Mark Carney y en Australia ha ganado Albanese. Dutton, su rival, ha pagado el apoyo dado a Washington tanto en la gestión migratoria como en el conflicto de la Franja de Gaza.
Con Trump en el tablero, las encuestas han saltado por los aires. El Partido Laborista ha logrado mejorar sus resultados en buena parte de las circunscripciones, incluidas algunas que se consideraban tradicionalmente como vinculadas a los conservadores, y se ha impuesto en la mayoría de las zonas donde el voto parecía igualado. Como en Canadá, han primado los mensajes con tono nacionalista frente el imperialismo norteamericano. «No hace falta buscar la inspiración fuera, sino que está en los valores y el pueblo de Australia», subrayó Albanese.
«Renovamos la gran responsabilidad y la oportunidad de gobernar y, con orgullo y propósito, optimismo y determinación, volvemos a la labor de construir el futuro de Australia», agradeció el líder liberal a la ciudadanía.
El primer ministro, de 62 años y economista, nació y creció en un suburbio de Sidney. Fue criado por su madre, de origen irlandés. De su padre, un marinero italiano, no supo nada hasta hace 16 años. En 2022 y ya como jefe del laborismo, 'Albo' se impuso en las elecciones y relevó al conservador Scott Morrison. El creciente coste de la vida, los efectos del cambio climático y la amenaza de China han sido los temas recurrentes en la vida política australiana. El regreso de Trump a la Casa Blanca añadió más cuestiones, como los aranceles. El estruendoso efecto del líder republicano estadounidense en el tablero mundial ha roto los sondeos y ha renovado el mandato de Albanese, un político con fama de calmado pero firme.
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