El secretario municipal Juan Manuel Guardia, será Hijo Adoptivo de Antequera
Se jubila tras 33 años al frente de la labor como secretario. Será reconocido el Día de Antequera y Santa Eufemia
Durante 33 años ha sido el notario del día a día de la actividad municipal en Antequera, vino en 1989 ocupando la plaza de secretario ... para firmar todo acuerdo o certificado del consistorio. Optó por quedarse en Antequera y no buscar destinos en capitales de provincia. Decidió junto a su mujer quedarse a vivir en Antequera, formando una familia, donde ahora empieza su etapa como jubilado.
Le hubiera correspondido retirarse en 2020, pero ante la pandemia, pidió seguir hasta que se superara la situación, debido a las normativas que se implantaron en las administraciones públicas y así poder ayudar a sus compañeros y cometido en el ayuntamiento. Al despedirse del último pleno, el alcalde Manolo Barón le anunció que lo propone como Hijo Adoptivo, título que se le concederá el próximo 16 de septiembre, día de Antequera y Santa Eufemia.
Certificar y asesorar
Su misión es supervisar todos los acuerdos y todas las resoluciones «que se adopten tanto por el alcalde como por los colegiados», ya que «al final tiene que tener un reflejo escrito, como es lógico en la administración». Además de las notificaciones o certificaciones que «requiere la firma siempre del secretario y el visto bueno del alcalde».
Su misión es la de asesorar por escrito en todos los expedientes y después también «lógicamente, el alcalde y el equipo de gobierno nos piden opinión jurídica de diferente aspectos de la vista municipal, ya como asesoramiento, como consejo jurídico, a efecto de que ellos lleven su programa político adelante».
Apostó por Antequera por ser «una ciudad maravillosa, preciosa, una monumentalidad increíble, magníficamente situada, te permitía llegar a ciudades importantes, pero viviendo en Antequera con una calidad de vida que te da un sitio así».
En estos años ha pasado de la llegada del fax a la inmediatez de las nuevas tecnologías. «Había muy poquitos ordenadores, aquellos con las pantallas en verde, otros que eran en amarillo fosforito, la informática estaba empezando y no sabía todavía prácticamente nada». Hoy todo lleva a una inmediatez, más trabajo y menos relaciones cara a cara.
La distinción en el día de su jubilación le pilló por sorpresa. «Me llevé las manos a la cabeza, por lo que he visto después, porque yo no sabía cómo reaccionar. Ver el cariño con el que todos los grupos políticos se dirigieron a mí y el alcalde las palabras que dijo y el anuncio de Hijo Adoptivo de Antequera, me llegó al alma y me rompió; se me quebró la voz y se me saltaron las lágrimas, fue tremendo».
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