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Jueves, 29 de septiembre 2022, 11:45
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Cuando llegan las primeras lluvias, el tiempo refresca y se nota la humedad en el ambiente, uno de los hitos de la Naturaleza que anuncia la llegada del otoño es la berrea, el bramido de los ciervos en celo, para llamar a las hembras, un espectáculo para el oído, principalmente, ya que es difícil ver a estos animales en sus montes, pero también para la vista, puesto que no es imposible contemplarlos, porque en esta época descuidan su defensa respecto al resto del año.
La Serranía de Ronda es ideal para disfrutar de la berrea. Su comarca natural, que se extiende por la provincia de Cádiz, cuenta con distintos parajes que se pueden visitar al respecto. «Es todo un espectáculo, cada vez hay más gente que se interesa por ello», dijo Rafael Flores, amante de la Naturaleza y a cargo de la empresa de senderismo y otras actividades RF Natura, una de las muchas que ofrecen excursiones para ello. RF Natura, concretamente, lo hace este jueves, a las 18:30 horas, para desplazarse al Camino de Cortes de la Frontera a Grazalema, ya en Cádiz.
La berrea se produce al atardecer, principalmente, y también al amanecer. Es cuando a la belleza natural de los bosques de alcornoques, donde suelen habitar los ciervos, se le une este sonido, que se percibe a kilómetros y que impresiona, aunque ya se haya escuchado en otras ocasiones. Se producen incluso luchas entre machos, en las que chocan sus cuernos que pueden llegar a partirse, sufrir otras lesiones y también morir.
La berrea tiene lugar durante aproximadamente un mes, desde mediados de septiembre, aunque este período es variable.
El Pantanillo de Montejaque, que está en el término municipal de Ronda, en la Cañada Real de Los Alcornocales; los Llanos de Líbar, en Montejaque; y, en el entorno de Ronda, el camino del Tajo del Abanico son algunos escenarios para la berrea en la zona. «La gente lo suele hacer, el sendero del Tajo del Abanico, para ir a escucharlos», explicó Flores, que también recomendó el carril de Lifa, sobre todo en la finca Los Peñoncillos, que es privada. «Se pueden oír e incluso ver, con prismáticos, no entrando en la finca», añadió este profesional.
En el Parque Natural de los Alcornocales, en Cortes de la Frontera, igualmente, es fácil de disfrutar de la berrea, por la carretera que une Cortes con Ubrique. En la Entidad Local Autónoma (ELA) Estación de Gaucín-El Colmenar, que depende de Cortes, los vecinos están habituados a estos bramidos que escuchan desde sus casas.
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