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Nahum Canoura durante uno de los recreos musicales. SUR
Recreos musicales: media hora para formar una banda de rock

Recreos musicales: media hora para formar una banda de rock

Alumnos de un colegio de Alhaurín de la Torre participan en un proyecto docente en el que los descansos se convierten en ensayos y sesiones de piano

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Jueves, 1 de enero 1970

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Suena el timbre. Es la hora del recreo y los 995 alumnos del colegio El Pinar abandonan las aulas durante media hora. La mayoría corre a por el balón y comienzan a dividirse en equipos para iniciar un intenso partido; otros se sientan en corros para comentar la semana o los planes del sábado. Algunos se asoman por el huerto ecológico para comprobar cómo va la cosecha o aprovechan para apurar los deberes de la clase de última hora. Desde este curso, muchos de ellos disponen de una alternativa lúdica que forma parte de un ambicioso proyecto docente: el aula de música mantiene desde ahora sus aulas abiertas y los profesores de la materia coordinan diferentes actividades. Los alumnos tienen treinta minutos para desconectar al piano, a la batería o con guitarras y bajos eléctricos. Muchos de ellos ya están formando bandas que empezarán a dejarse ver por las aulas y el salón de actos en pocas semanas gracias a Recreos Musicales.

El profesor encargado del proyecto es el recién llegado al colegio Nahum Canoura, natural de Cantabria. «Ya había conducido recreos similares en otros centros, conozco el éxito que tiene muy de cerca; lo propuse en El Pinar al llegar y a todo el mundo le gustó la idea», apunta. Canoura enseña inglés y ciencias en inglés, pero además es músico: dirige una orquesta, toca el violín además de la guitarra, el bajo y la batería, que son «instrumentos muy atractivos para los alumnos». El aula se ha dotado de una veintena de pianos eléctricos, baterías y bajos, todo ajustado y preparado para que los alumnos lleguen y se sienten a tocar sin perder ni un minuto.

Muchos ya estudian piano en casa, por lo que en el recreo repasan, improvisan, cantan o preguntan a los profesores algunas dudas de última hora para la clase de esa tarde. Otros se han aventurado con los instrumentos simplemente porque ahora los tienen a mano y sus compañeros les animan a probar. «La batería o la guitarra eléctrica permiten empezar a tocar cosas básicas en muy poco tiempo, por lo que en pocos días ya los ves lanzándose juntos», destaca el profesor.

Componente social

En el plano pedagógico, el proyecto tiene muchas connotaciones positivas. Más allá de las ya conocidas propiedades intelectuales que aporta la música, «en la que se trabajan los dos hemisferios y las capacidades matemáticas», apunta Canoura, los recreos musicales tienen un gran componente social. Todos los profesores de música del centro (Abraham Quero, José Manuel Rodríguez y José Luis Jiménez, además del propio Canoura), explican que cuando los alumnos tocan juntos se establecen grandes vínculos, «trabajan entre ellos y se divierten». «Creemos que es bastante imperante porque la música también es salud», matizan.

David Cerezo, uno de los alumnos que se ha lanzado a la guitarra eléctrica, describe el mundo al que le han abierto las puertas en los recreos musicales con una simple reflexión, guitarra en ristre: «Me gusta el jazz porque no veas los solos que hacen». El proyecto tiene como hilo conductor la creación de distintas bandas que irán preparando diferentes repertorios con el rock por bandera (debido a su accesibilidad). «Queremos que en cuanto puedan hacer algún 'bolo' se haga en el colegio», apunta Canoura. Desde actuaciones de fin de curso o fiestas varias hasta otras acciones «de mayor impacto» con las que enganchar a más alumnos. «Nos estamos planteando hacer actuaciones sorpresa, por ejemplo a primera hora, mientras los padres dejan a los niños en el cole», fantasea Canoura.

Además, los docentes están enseñando el lenguaje de las tablaturas para guitarra, un método «más sencillo» que las partituras muy empleado en el mundo de las seis cuerdas. «Nuestra idea es ir plantando la semilla de la música en los alumnos, porque cuando te engancha lo hace para siempre». Canoura explica el proyecto mientras que, de fondo, un chaval entona 'Bohemian Rhapsody', la obra maestra de Queen. En El Pinar, el sueño de tener una banda de rock está al alcance de todos durante treinta minutos al día.

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