José María Fernández, el artista de Antequera que nació el mismo día que Picasso en 1881
Donó todo su legado a su ciudad que celebra el 75 aniversario de su muerte con una exposición y un nuevo homenaje de su instituto
El 25 de octubre de 1881 nació en Málaga Pablo Picasso y en Antequera, José María Fernández (1881-1947), el primer pintor moderno de la ... ciudad, quien a su arte sumó la investigación, recopilando la antigua historia de la ciudad, asesorando además en reformas de plazas y monumentos en la primera mitad del siglo XX.
Su figura queda plasmada junto a la del poeta José Antonio Muñoz Rojas (1909-2009) en las dos esculturas de bronce que aparecen sentadas en un banco a los pies de la torre de San Sebastián. Es uno de los lugares que buscan los visitantes para sentarse y fotografiarse.
Tras sus inicios en Antequera, se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Málaga. Al terminar viaja por París, Londres, Bruselas, y, posteriormente, Barcelona y Madrid, donde «parte de su producción responderá a las perspectivas de la modernidad finisecular presente en su horizonte creativo», destaca la profesora del Departamento de Historia del Arte de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Málaga, Belén Ruiz.
En 1911 regresa a Antequera donde desarrolla su trayectoria vinculada a toda actividad cultural y artística de la ciudad, y muy «difícil desde lo personal, por afrontar el dolor y la desesperanza de las pérdidas familiares –la de su mujer, Rosario Oltra, y sus cuatro hijos– y los problemas de supervivencia». Quedó solo, sin familia y apenas amistades.
Su labor científica se recoge en artículos en publicaciones locales como 'Antequera por su Amor', 'Nueva Revista' o 'El Sol de Antequera', difundiendo sus trabajos de investigación y defensa del patrimonio histórico-artístico. El libros 'Las Iglesias de Antequera' es considerado como la biblia de la historia monumental de la localidad.
Se dedicó a investigar en el Archivo Municipal y fue cronista de la ciudad, con aportaciones sobre los Dólmenes, la Colegiata de Santa María «o la puesta en valor de la especificidad del barroco antequerano», destaca Ruiz, una de sus principales conocedoras.
Llegó a exponer en la capital en la Exposición Provincial de Málaga en 1924 e individualmente en la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga en 1932. Su arte se mantiene en los más de dos mil pinturas, grabados y dibujos que donó a la ciudad y que hoy se conservan en el Museo de la Ciudad.
Personajes de época
Sus retratos al pastel y al óleo, recogen un «muestrario de caricaturas de personajes y tipos antequeranos, y visiones sugerentes de la ciudad, con sus arquitecturas, la historia y las leyendas». A sus autorretratos, suma visiones arquetípicas del desnudo en la figura de la mujer. A la vida, le suma la muerte, lo exótico con gran entidad iconográfica y simbólica. La Antigüedad y la Mitología son parte de su repertorio con la vida española, desde el Carnaval a los toros, pasando por el tema religioso desde la Semana Santa a la práctica inquisitorial.
Muñoz Rojas lamentó que sólo cuatro personas estuvieron en el entierro de Fernández. A pesar de ello, «el único amor que me ha quedado, ha sido el de Antequera, a la que he consagrado los mayores esfuerzos y desvelos de mi vida», dejó escrito antes de fallecer y para dejar su legado a la ciudad.
Ahora, el historiador Miguel Ángel Fuentes ha coordinado una exposición promovida por el Ayuntamiento en el Museo de la Ciudad bajo el título de «Incesante Fulgor» que se puede visitar hasta el 4 de diciembre. Y el instituto que lleva su nombre, le rindió un homenaje en el cementerio en el día de su nacimiento.
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