Una 'boda' virtual en medio de la crisis del coronavirus

Sus amigos y familiares le habían preparado una boda familiar, por videollamada y así lo celebraron a la misma hora prevista: las 12 del mediodía, del día indicado, pero sin ser en la iglesia de los Remedios de Antequera como tenían previsto. «Creo que ha sido más emocionante que en una boda real», decía la novia al terminar la sorpresa.

Santiago Ordóñez de la Torre y Lourdes Aguilera Ruiz se tuvieron que vestir como si fueran a una boda y a las 12 se encontraron conectados a su familia y amigos. «Se conocen de todo la vida, desde pequeños, con la misma pandilla de amigos de siempre y teníamos que promoverle algo», comparte Carmen Peláez tras prepararle lo mejor que podían ante la situación que atraviesan. Verles las caras cuando fueron viendo los que estaban presentes fue como la entrada al templo.

De los 400 invitados, quedaron los que cupieron en la conversación telefónica por «zoom» y a las 12 empezó la ceremonia virtual. Hubo palabras y lecturas siguiendo los «artículos que rigen los matrimonios virtuales en confinamiento por Covid-19», expusieron en búsqueda jocosa los amigos. Luego hubo momentos de todo tipo: emoción, llanto, sonrisas... una unión conyugal de hoy en día.

Hubo montajes de vídeo y mensaje del sacerdote que iba a casarles para darles ánimos y que sigan con esa fuerza hasta que puedan materializarla ceremonia. Y como se esperaba, saltaron chispas de felicidad en el «sí, quiero», intercambio de anillos y... el beso nupcial, aclamado por todos los presentes. Momento cuando Marina y Elías cantaron para los novios, lo que llevó al silencio y llanto de emoción.

Brindis final con agradecimiento de la pareja por la sorpresa y el esfuerzo de todos. Y encendieron velas de tarta, aprovechando que era su cumpleaños y le desearon felicidades al novio. Habrá que esperar a la nueva fecha. Fue «un día triste para nosotros, pero lo habéis convertido en el mejor día de nuestras vidas», les expresó la novia. «¡Somos muy, muy afortunados!», cerró el novio.

No se casaron formalmente, de momento, pero al menos vivieron la amistad y el amor de la familia a la misma hora que tenían prevista, pero en diferentes sitios. No hubo boda como soñaban, pero soñarán con la sorpresa virtual que le ofrecieron los familiares y amigos que les vieron crecer, hacerse amigos y prometerse. Próximo capítulo: la boda final. Que lo que la videollamada ha unido, que no lo separe el tiempo por el coronavirus.