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Miguel Roldán (a la derecha) junto a uno de los compañeros de la misión. SUR
Un bombero malagueño podría ser condenado a 20 años por salvar vidas en el Mediterráneo

Un bombero malagueño podría ser condenado a 20 años por salvar vidas en el Mediterráneo

Miguel Roldán se expone a una condena de la Justicia italiana, que ha abierto diligencias un año después de que tuviese lugar la misión frente a Libia

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Viernes, 1 de marzo 2019, 20:10

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«Lo único que quería era aportar mi granito de arena en este mundo haciendo lo que mejor sé:ayudando en emergencias y rescates». Miguel Roldán es de Cuevas Bajas pero ejerce como bombero desde 2013 en el Ayuntamiento de Sevilla. Sus ganas de colaborar le llevaron a participar en una misión de salvamento durante el verano de 2017, 20 días de trabajo sin descanso en el que él y su equipo llevaron a buen puerto a más de 14.000 personas rescatadas en alta mar. Ahora la Justicia italiana les investiga a él y al resto de su equipo (es el único español) por un posible delito de tráfico de personas o apoyo al tráfico de personas. «La verdad es que todavía no termino de plantearme la posibilidad de entrar en prisión», confiesa a SUR. Podrían condenarle a veinte años de cárcel.

Roldán explica que fue un compañero suyo al que conoció en una misión humanitaria en Lesbos quien le habló de la misión en las aguas internacionales frente a Libia. A bordo de un pesquero reacondicionado patrullaban la zona conocida como SAR (Search and Rescue, búsqueda y rescate en inglés) localizando embarcaciones a la deriva. Varios buques de gran tamaño de diferentes entidades (desde la Armada Española hasta la flota Británica, pasando por organizaciones internacionales como Save the Children) recibían sin descanso a miles de personas en unas jornadas de trabajo que Roldán tilda de «duras e intensas».

Pero su servicio acabó y regresó al trabajo en Sevilla con la sensación de haber hecho algo bueno. «Un año después me llegó la notificación», explica. También citaron a siete alemanes, una chica escocesa y un portugués. «Todos nos preguntamos por qué decidieron hacer eso doce meses después de haber estado allí». Además, según explica el bombero, toda la intervención se hizo en comunicación con la MRCC, comandancia que desde Roma coordinaba los rescates y los transportes de personas a los buques. «De hecho mucha gente murió delante nuestra mientras esperábamos a que nos autorizasen para intervenir», recuerda.

La situación de Roldán y sus compañeros es complicada. La Justicia italiana está actualmente instruyendo el caso, bajo secreto de sumario, una investigación que podría prolongarse hasta verano. Si se celebrase un juicio oral este no comenzaría hasta finales de 2019 según ha calculado el abogado que les representa de forma conjunta. En el mejor de los escenarios la causa se archivaría, pero en el peor la pena puede ascender a dos décadas de prisión, una cifra que abruma al malagueño. «Es que ni siquiera me lo he llegado a plantear».

Apoyo

Roldán tiene por delante un largo periodo que ya de por sí, aunque no haya juicio, ha puesto su vida del revés. «Ahora mismo acumulamos una deuda a los abogados de 150.000 euros». Asegura estar recibiendo el apoyo «de muchísima gente», desde su familia hasta los miles de anónimos que están reaccionando a la campaña en redes sociales que Roldán ha emprendido para exponer su caso y conseguir apoyo institucional. «Hemos empezado por la administración local», apunta, aunque confía en ir ascendiendo conforme se acerque la fecha del fin de la instrucción.

En lo personal, tiene una mezcla de sensaciones:«Más que nada siento tristeza, pena, porque se castigue al que intenta hacer las cosas bien y se premie al que las hace mal». No obstante, recuerda que las víctimas no son él y sus compañeros:«El problema es toda la gente que se juega la vida en el Mediterráneo, si la Justicia consigue que cese la ayuda humanitaria se quedan solos, sin voz ni voto». Roldán acaba de emprender un largo camino en el que no se siente solo y confía en que «la buena fe de las personas» acabe jugando en su favor. Mientras tanto, seguirá haciendo lo que mejor sabe: salvar vidas.

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