El Ayuntamiento media para trasladar el club de tiro fuera de Alhaurín de la Torre

El alcalde, Joaquín Villanova, explica que ha optado por mediar «en el conflicto de intereses», convencido de que las diferencias pueden desembocar, si no hay acuerdo, en una batalla legal que, en sus palabras, «no beneficiará a nadie». Las numerosas quejas de los residentes en el entorno del campo de tiro, muy próximo a las viviendas, han dado lugar a la apertura de expedientes sancionadores por contaminación acústica.

Sobre esta base, el Servicio de Protección Ambiental de la Junta, en un documento fechado el 24 de enero de 2025, se pronunció a favor de «la suspensión o clausura de la actividad como medida provisional». No obstante, los tiros continúan, tras un primer cierre temporal de la pista 1, que es la más cercana a las casas.

Francisco Javier Moreno Aragón, al frente de la sociedad que tiene el aprovechamiento de estas instalaciones, confirma que, al igual que hay medidas disciplinarias en marcha, también se han presentado recursos por parte del club y que el momento actual es consecuencia de la aplicación de los tiempos que regulan este tipo de actos administrativos. «Estamos en fase de alegaciones, la Junta actúa con los plazos correspondientes», considera.

Sobre la salida de Alhaurín de la Torre, reconoce que la sociedad está abierta, siempre que la operación sea beneficiosa, por ejemplo, con la compra de la finca que, recuerda, tiene 18 hectáreas y está pegada a un suelo urbano consolidado. La otra opción, deja claro, en caso de no prospere la mudanza, será un contencioso contra la Junta.

La posibilidad de acudir a los tribunales contra el Gobierno andaluz también la barajan los vecinos de la zona, pero por el motivo contrario, ya que lo que reclaman es agilidad en el cierre.

De hecho, la plataforma que los agrupa, que ya ha celebrado reuniones para analizar la reubicación con el Ayuntamiento y la Junta, exige que, aunque se adopte esta solución, se decreten medidas inmediatas que eviten que los «desesperantes ruidos» continúen. Y es que no entienden que, a pesar de estar tasado el problema que generan las tiradas, los campeonatos sean habituales casi todos los fines de semana.

La Delegación del Gobierno andaluz en Málaga se limita, por el momento, a apuntar que hay una línea de diálogo abierto, pero sin aportar más detalles. El alcalde alhaurino, por su parte, ha desvelado que las negociaciones son conocidas tanto por el delegado de Medio Ambiente, José Antonio Vízquez, como por la máxima responsable del Ejecutivo regional en la provincia, Patricia Navarro. Además, el regidor ha informado a los miembros de la Corporación Municipal de estas gestiones.

La afirmación de que los disparos en el club Jarapalo son molestos para los que habitan en las casas más cercanas está sustentado en, al menos, media docena de mediciones, realizadas tanto por los propios perjudicados, como por el Ayuntamiento y la Junta. Estos estudios apuntan a que el trasiego en el recinto deportivo es «totalmente incompatible» con una zona residencial y, además, indican que la insonorización es «inviable», al tener que desarrollarse las tiradas al aire libre, lo que hace imposible que pueda aminorarse.

Los residentes hablan de registros de 75, 80, 85 decibelios sostenidos y picos de 90 y 100, como aclaran, casi el doble del límite legal.

Frente a estas quejas, la sociedad que explota el campo de tiro advierte que un cierre tendría consecuencias directas sobre los tres trabajadores en plantilla y la veintena que son llamados para los días en la que hay más número de usuarios. Además, precisa que, a lo largo del año, las cinco pistas disponibles en el club solo están abiertas, al mismo tiempo, unos 25 días, por lo que pone en tela de juicio las molestias descritas.