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Vanessa Melgar
Lunes, 16 de noviembre 2015, 21:40
Cuando llega octubre, comienza otra vez la primavera en el Valle del Genal. El paisaje de esta parte de la Serranía de Ronda está intrínsecamente ligado al castaño, un árbol generoso con los habitantes de esta zona de la provincia: se calcula que de su fruto viven más de 1.500 familias de los pequeños pueblos que se asientan en sus lomas. Los ingresos que reporta el cultivo constituyen un buen aporte a las economías locales, de ahí que la preocupación por la presencia de la avispilla del castaño, procedente de China, que puede llegar a mermar la producción y que ha sido detectada en Málaga, sea cada día mayor.
Pero después de agasajar el paladar de muchos, el castaño sigue brindando placeres para los sentidos. Es el caso de la llamada 'primavera de cobre', un espectáculo natural al que los lugareños están acostumbrados y que actualmente está en pleno auge. Antes de perder sus hojas, estos árboles tiñen de marrones, ocres, naranjas, amarillos y dorados, el Valle. El fenómeno anuncia la llegada del frío y es un verdadero reclamo turístico para los amantes de la naturaleza desde hace varios años.
Por ello, muchos son los senderistas que durante estos días se adentran en los castañares (aunque muchos de ellos son de titularidad privada) para disfrutar de la experiencia y, de paso, conocer el Valle del Genal. La 'primavera de cobre' se extiende por los pueblos del Alto Valle del Genal (Igualeja, Pujerra, Parauta, Cartajima, Júzcar, Faraján y Alpandeire) y del Bajo Valle del Genal (Atajate, Benadalid, Benalauría, Algatocín, Benarrabá, Gaucín, Jubrique y Genalguacil). Unos atesoran en sus términos más extensión que otros dedicada a castaños. También en la Sierra de las Nieves, Yunquera brinda este fenómeno a sus visitantes.
Una visita al Valle del Genal, en el que, si aún no se conoce, se puede descubrir una Málaga desconocida, no está completa si no se degusta la gastronomía del lugar. En cualquiera de sus municipios, en pleno mundo rural, existen ventas, bares y restaurantes que sirven auténticos manjares. En este época, también las setas, se cuelan en sus ofertas.
Setas, castañas y un espectáculo natural de inigualable belleza es lo que ofrece el Valle del Genal en otoño o en su segunda primavera. Cuando la primera regrese, los castaños también volverán a sorprender con su floración, un ciclo con cinco estaciones al año.
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