Los trabajadores de Renfe pagan los platos rotos por el mal servicio del Cercanías en Málaga
Insultos, amenazas e incluso agresiones forman parte del día a día de los operadores comerciales que están en las estaciones de la Costa
Los continuos problemas en el servicio de Cercanías del Núcleo de Málaga, especialmente en la C1 de la Costa (por su mayor número de usuarios) ... tienen un primer grupo claro de damnificados, que son los pasajeros que sufren los retrasos y las averías, ya sean achacables a los trenes (Renfe) o a la infraestructura (Adif).
Pero hay un segundo grupo que sufre los «daños colaterales», y este es el de los trabajadores que están de cara al público en las estaciones. Un grupo de ellos se ha dirigido a SUR para dar la voz de alarma sobre lo que están viviendo, especialmente en los últimos meses, cuando la gratuidad de los billetes ha disparado el número de pasajeros, y también las incidencias. Lo hacen, aseguran, ante la ausencia de respuestas por parte de la empresa pública a sus continuas reclamaciones.
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Todos ellos comparten el puesto de operadores comerciales de Renfe, que son los responsables de la venta de billetes, cuando hay taquillas físicas; y cuando no, la asistencia a los viajeros en las máquinas de autoventa. A ello, se suma la atención general al cliente y el control de los tornos, entre otras tareas.
El escenario que describen es un «calvario» casi diario en sus puestos, donde sufren insultos, amenazas e incluso agresiones físicas. «Con la saturación de la línea de Cercanías de la Costa se han multiplicado las agresiones verbales, sufrimos muchas todos los días», comienza uno de los afectados (todos piden mantener el anonimato para evitar represalias internas).
Notas con consejos
El protocolo entonces es hacer informes de riesgo. «Como respuesta sólo nos envían notas con consejos para detectar clientes violentos, pero nada de poner refuerzos de seguridad ni más operadores». «En las estaciones con mucho tránsito nos vemos solos, teniendo que estar pendientes de las máquinas y de atender a los clientes, que se cabrean por las esperas o que ya vienen calientes porque el tren iba lleno, y la pagan contigo», incide otro empleado.
A su juicio, estas situaciones se podrían rebajar con un aumento del personal, «pero Renfe no nos toma en serio, siempre contestan con una valoración de riesgo». Recientemente, según estos testimonios se han producido dos agresiones en la estación de Torremolinos-La Nogalera, una contra un operador y otra contra un vigilante de seguridad (de una empresa subcontratada). En ambos casos, el origen fue tratar de evitar que la gente se colara en los tornos sin pagar.
Entre los puntos más conflictos, además del mencionado, citan la estación de Fuengirola y la de Centro-Alameda, en la capital malagueña. A la falta de personal se une el deterioro de las máquinas, sobre todo en los apeaderos: «Mucha gente nos dice que no ha podido sacar el billete en el de La Colina, pero no sabemos si en realidad viene de otro sitio; eso nos carga de trabajo. Cuando no es una máquina que se ha tragado el dinero y vienen a reclamar muy enfadados».
«Si estoy en las máquinas no puedo estar en los tornos ni en otras labores», abunda otro profesional. Precisamente, el hecho de que en la C1 muchos de los usuarios sean turistas y personas mayores hace que la rotación sea mayor que en otros núcleos. «Tenemos que explicar continuamente cómo funcionan las máquinas, y eso consume mucho tiempo y genera problemas».
Miguel Montenegro, secretario general de CGT en Andalucía y responsable del sector ferroviario, alerta de que hay trabajadores que están siendo agredidos, y lo achaca a la falta de una apuesta real por el ferrocarril. «Todo esto demuestra que las instalaciones que tenemos en Málaga son bastante deficientes, los trabajadores están desbordados», señala, y recalca que hay una falta de plantilla evidente.
A su juicio, estos problemas se extienden también a otras labores, como los maquinistas, y muchos trenes ya viajan sin interventores, «lo que deja en una absoluta indefensión a los usuarios, y se están produciendo altercados cuando llegan llenos y la gente que quiere subir no cabe; los vigilantes de seguridad hacen lo que pueden». «Estamos en una situación de emergencia en los Cercanías de la provincia», alerta.
Respuesta de Renfe
Desde Renfe, un portavoz pone de relieve que los operadores comerciales hacen el trabajo que tienen asignado, y hay profesionales de este tipo en todas las estaciones de Cercanías dependientes de la compañía, acompañados siempre por guardias de seguridad.
Además, aseguran no tener constancia de que haya habido un repunte de agresiones físicas o verbales, que no son más de las habituales ni se da una situación especial. «El personal tiene una preparación y una formación por parte de Renfe para actuar en circunstancias anómalas o conflictivas», recalcan.
Por otra parte, la entidad pública ha anunciado la convocatoria de una oferta de empleo público de 650 plazas, de las que la mitad irán para cubrir puestos de operadores comerciales. En concreto, se han convocado 330 plazas de este tipo de nuevo ingreso, con el fin de renovar la plantilla que trabaja de cara al público.
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