Vargas Llosa, fiel a su cita veraniega en Marbella

La pareja hace escala en Marbella después de un verano de mucho movimiento. Han disfrutado de un espectacular viaje por las Islas Maldivas, y hace unos días se dejaban ver en la Plaza de Toros de La Malagueta durante en una de las tardes de la Feria, donde Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa aprovecharon para fotografiarse con las figuras del toreo en cartel: Enrique Ponce, José María Manzanares y el paisano del Nobel, Roca Rey.

En un ambiente más relajado, el escritor, perfectamente recuperado de la caída que sufrió en junio, dedica cada día un rato a las largas caminatas completamente equipado para la ocasión. La relación entre el escritor y Marbella se remonta a casi tres décadas atrás, concretamente al año 1986. Al principio, la ciudad era para él sólo un lugar de vacaciones, pero comenzó a tomarse la cita anual como una obligación ineludible cuando dio con los tratamientos de salud centrados en la frugalidad gastronómica. Desde entonces, Marbella es sinónimo de ayuno y desintoxicación.

Esos lazos con el municipio se han ido fortaleciendo con paso de los años en forma de reconocimientos, El peruano, que hace años adoptó también la nacionalidad española y que obtuvo el Nobel de Literatura en 2010, el Cervantes en 1994 y el Príncipe de Asturias de las Letras en 1986, cuenta en Marbella con una avenida, un colegio de Educación Infantil y Primaria que también lleva su nombre, una estrella en el Bulevar de la Fama de Puerto Banús y en 2014 recibió el título de Hijo Adoptivo.