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Málaga hila fino en el mapa de la industria textil. Con puntadas discretas, minuciosas y como dirían las abuelas, bien dadas. Y es que Málaga está de moda -si hablamos de destino turístico, los datos lo avalan- pero hay más: Málaga ES moda. En los últimos años la provincia ha afianzado su posición en el ámbito fashionista. Bolsos, gafas, sujetadores, camisetas o vestidos con la etiqueta del 'made in Málaga' conquistan los cinco continentes. No es una mera afirmación vacía. Las cifras están ahí: Según la información facilitada por la Agencia Andaluza de Promoción Exterior (Extenda), la provincia es la primera exportadora de moda de Andalucía, con más de un tercio de las ventas. En concreto, el 36% del total, hasta sumar 227 millones en 2018. Este dato duplica con creces al registrado hace una década.
Pero, ¿qué firmas mueven los hilos de esta industria en la provincia? ¿Qué enseñas han logrado tejer con éxito estas estadísticas que demuestran que algo se está haciendo bien? ¿Quiénes ponen nombre propio a la moda en Málaga? El abanico es amplio. Pero para no perdernos, empecemos por la cima. Allí, coronando la cumbre de la moda local, nos encontramos con dos firmas líderes en el sector de la moda infantil: Mayoral y Charanga. La primera –haciendo honor a su eslogan más conocido- sigue haciendo amigos por todo el mundo con unas cifras de vértigo: 350 millones de euros facturados en 2018. Y suma y sigue porque de cara a este ejercicio la empresa –que en 2016 sopló las velas de su 75 cumpleaños- prevé elevar sus ventas un 4,3%, hasta alcanzar los 365 millones de euros. A ello contribuirá su nueva marca, Abel&Lula - dirigida a un público más selecto y a eventos especiales- y la puesta en marcha de su nueva planta en los terrenos de Interhorce, cuya actividad arrancará previsiblemente en junio.
Al cierre de 2018 Mayoral disponía de 230 puntos de venta, de los cuales 175 se encuentran en el mercado español y 55 fuera. Y es que el extranjero se mantiene como el puntal de la estrategia de la marca malagueña, que factura el 75% de sus ventas fuera de nuestras fronteras. Así, lo que comenzó siendo una modesta empresa dedicada a la producción y comercialización de calcetines y medias ('Domínguez Toledo' en 1941), es hoy un gran grupo con carácter internacional, referente y representante de la moda española en todo el mundo.
La misma senda del éxito figura en el camino trazado por Charanga en sus cerca de tres décadas de rodaje. Impulsada por el fallecido Manuel de la Maza Peña, la enseña –que cuenta con más de 220 tiendas en su red, 20 de ellas en la provincia- se ha convertido en otro referente del buen hacer en el textil al haber sabido conjugar buen diseño, calidad y precios asequibles. En 2018 rozó los 40 millones de facturación bruta desde su sede central en el PTA: 28.000 metros donde se ubican sus principales departamentos.
Y del PTA al Polígono industrial Villa Rosa. Allí, en una nave industrial, late el corazón de Gisela, una gran marca de ropa íntima dirigida por malagueños que ha experimentado un aplastante crecimiento en la última década. En sus 25 años de trayectoria, esta empresa familiar fundada por José Miguel Ferrer ha ido ampliando su modelo de negocio de la corsetería a ropa para dormir, deporte y baño, alcanzando una producción de 3.500.000 prendas al año, con más de 300 modelos diferentes y una facturación que ronda los 15 millones de euros. Además, uno de sus puntos fuertes es el patronaje, pues ofrecen una amplia variedad de tallas, adaptándose a las distintas siluetas femeninas, sin duda una de sus grandes fortalezas. «Hay muy pocas empresas que lleguen más allá de la copa D, por ejemplo», señalan. Actualmente Gisela cuenta con 70 empleados y distribuye en más de 25 países. Su única tienda física se encuentra en el centro de Málaga (en calle Granada, 14)
Y es que en la distinción reside una de las claves del éxito. En la era de las redes sociales el universo fashionista se ha vuelto extremadamente competitivo. De ahí la importancia de ofrecer aire fresco. Precisamente el que sopla en la sede de PepaLoves, en Torremolinos. Tras ella, el trabajo incansable de la familia Solís. El 'alma mater' del clan, Josefa Carnero, inició esta otra historia de éxito local a principios de los 90, creando una cadena de tiendas de ropa a partir de un pequeño taller de confección que muchos recordarán: Pepa Karnero. Sus hijos han sabido reinventar el negocio para adaptarse a los nuevos tiempos, transformándolo en una marca de moda femenina que triunfa en varios países gracias a sus diseños coloridos, modernos y de estilo näif.
Pero si de lo que se trata es de buscar un look para un evento especial, allí están Sonia Peña y Carla Ruiz. Dos grandes del sector. La primera es un clásico en la moda malagueña. Creada en 2007, la firma Sonia Peña viste a una mujer «de hoy, real, independiente, segura de si misma, femenina y, sobre todo, elegante», explican desde la marca. Sus diseños, reconocidos tanto a nivel nacional como internacional, se inspiran en la alegría de Málaga, conjugando sofisticación, naturalidad y estilo.
Es mismo año, en 2007, comenzó también su andadura Carla Ruiz, «una empresa familiar, apasionada por vestir a la mujer para las grandes ocasiones». «Nuestra pasión y nuestra dedicación nos han permitido que mujeres de casi todos los continentes hayan querido vestir nuestros diseños. Estamos presentes en mas de 35 países. Y queremos seguir creciendo» destacan.
Y si hablamos de moda femenina y de firmas malagueñas punteras hay que citar a Stella Rittwagen. Su primer trabajo le llegó hace ahora más de veinte años vendiendo bisutería en La Carihuela. Hasta que los bolsos Satchel en colores flúor le dieron el pasaporte a la fama. Una fama y un éxito que la diseñadora ha logrado mantener a base de investigación constante, estudios de mercado y una apuesta continua por la innovación en tejidos desde su pequeña central de operaciones, ubicada en el polígono El Viso.
Sus bolsos se han visto en los escaparates de las míticas galerías Lafayette de París, en Venezuela, Bogotá, Panamá y Chile. ¿Sus bazas? Diseños originales que se renuevan temporada tras temporada y calidades de primera mimando al máximo la producción . Tras años de fuerte apuesta por el mercado internacional actualmente su estrategia se centra en España, en ampliar su presencia en El Corte Inglés (disponen corner en Preciados, Málaga capital y Puerto Banús).
Los complementos, de hecho, son otro de los nichos más jugosos de la moda local. Un sector en el que despuntan firmas ya consagradas como Roberto Sunglasses. Con sede en la Costa del Sol, esta marca fue pionera en la implantación de tiendas especializadas de gafas de sol -bajo el nombre de Roberto Martín- y actualmente desarrolla su actividad en Andalucía, Levante, Madrid y Valladolid. «El gran desafío para nosotros es mantener una colección que conjugue diseños de toda la vida sin renunciar a aquellos modelos más vanguardistas para no quedarnos atrás. Por ello colaboramos constantemente con bloggers y cazadores de tendencias», indican.
Y de una cadena asentada desde hace décadas a nuevas firmas de jóvenes emprendedores que llegan pisando fuerte como Maltessa Eyewear o Laveta Eyewear. La primera echó a rodar en 2014 de la mano de Sergio Fuentes y Jesús López y en estos cinco años se ha hecho un jugoso hueco en el mercado. Actualmente cuentan con cinco empleados y un total de 190 puntos de venta en España, 30 en Portugal, 4 en Francia, y otros en Chile y Grecia.
Laveta, por su parte, nació en 2013 también bajo el paraguas del 'slow fashion'. Les distingue el crear gafas exclusivas hechas a mano en Andalucía con productos ecológicos. Su seña de identidad es la madera, que emplean en sus diseños junto a materiales sostenibles. Su colección se compone de casi una decena de gafas exclusivas que se comercializan en boutiques y ópticas especializadas y a través de su web. Entre sus últimos hitos destaca la colaboración con el diseñador español Juan Vidal que los llevó a la Pasarela Cibeles y supondrá su lanzamiento internacional para la colección otoño/ invierno 2019.
Pero si lo que buscas es joyas y complementos personalizados para novias e invitadas, el mercado también reivindica el 'hecho en Málaga' con firmas tan atractivas como Hago, Laura Olea, Martina Dorta o Bambary. La primera es «la historia de un amante de la joyería», como revela su propia web corporativa. Impulsada por José María Rosado esta empresa suma ya tres tiendas propias en Málaga y Sevilla además de un gran número de puntos de venta diseminados por España.
Desde todo el país llegan también pedidos al taller de la tinerfeña Yurena Dorta, asentada en Málaga desde hace nueve años. Sus tocados y complementos artesanales -auténticas obras de arte cuidadas hasta el milímetro bajo la etiqueta de Martina Dorta- han conquistado a publicaciones tan reconocidas como Vogue, Telva o Elle y se han convertido en imprescindibles entre 'influencer' de toda España.
La misma estela de éxito de la que puede presumir Bambary. Creada por la malagueña Conchita Caro, esta marca de de sombrerería, joyas y bordados exclusivos lleva ya una década al servicio de novias e invitadas, permitiéndoles que culminen con un sobresaliente su look. Sus diseños, románticos y delicados, han seducido al mismísimo Lorenzo Caprile, con el que Caro ha colaborado en diversas ocasiones en estos últimos años.
Laura Olea es otra de las firmas del sector complementos que ha logrado labrarse una reconocida trayectoria. Lleva 10 años dedicada a la sombrerería y de su taller han salido creaciones para Pasarelas de alta costura como Cibeles-Madrid Fashion Week, Valencia Fashion Week o la Pasarela Larios Málaga.
¿Qué ocurre con el armario de ellos? Pues que la moda local no solo piensa en ellos sino que este segmento se ha convertido, de hecho, en uno de los principales nichos de la industria textil malagueña, donde más firmas potentes han aflorado en la última década. Las ventas de moda masculina copan el 32% de la facturación total del textil en España, según datos de la Asociación Empresarial del Comercio Textil (Acotex). En la actualidad, el público masculino se preocupa más por su aspecto, por seguir las tendencias o por crearlas y eso deriva en un mayor consumo de ropa y complementos... y, por ende, en que los emprendedores se fijen más en este mercado. En el caso de la provincia el listado es largo. A destacar, firmas como Mann Ceremonia y Sastrería -que el pasado 2018 recibió el premio a la empresa revelación de la Pasarela Larios-, Mario Teo o Makarthy -nacida en 2013 y en continua expansión: la empresa cerró 2018 con una facturación de 2,5 millones de euros, un 30% más respecto a 2017. Fundada por Óscar Oliva, tiene una plantilla de 35 personas y produce el 80% de sus colecciones en España, sobre todo en talleres de confección situados en Andalucía.
Harper & Neyer es otra de las enseñas locales que pisa fuerte. «Nuestro objetivo principal es llevar el sello malagueño a una larga expansión en nuestro país y convertirnos en una marca reconocida con vocación internacional. Diferenciarnos por un estilo diferente y elegante, pero de carácter atrevido», destacan desde esta firma local, creada en 2013 por el joven emprendedor Nabil Salah. La compañía -que cuenta con nueve tiendas propias, dos corner en El Corte Inglés además de venta en tiendas multimarca- alcanzó una facturación de un millón y medio de euros en 2018 y espera rozar este 2019 la ambiciosa cuota de los tres millones.
Con vocación unisex nació por su parte en 2015 la firma Número 8. «Apostamos por prendas de calidad y un modelo de negocio totalmente artesanal y a medida del cliente. Ropa sofisticada y atemporal que pueda llevar cualquiera que se sienta cómodo con nuestro estilo, sin importar la edad o el sexo». Con estos mimbres surgió Nº8 Spain de manos de los malagueños Demetrio de la Torre y Alberto de Santiago. Un original concepto al que han sucumbido reconocidos prescriptores de tendencias internacionales como son The Birkin Boy o Filippo Fiora y famosos de la talal de Maluma, que llevó varias prendas suyas durante su última gira por España.
…Y del denominado 'fast fashion', más accesible y comercial, a la alta costura y el diseño exclusivo. Lucir un traje diseñado y cosido artesanalmente en la provincia -ya sea para una boda o para un evento señalado- es posible gracias a más una decena de agujas locales cuyo talento y buen hacer avalan décadas de experiencia en sus talleres, la mayoría de ellos repartidos por el Centro de Málaga. Allí, a pie de atelier, modistos consagrados de la talla de Rafael Urquízar, Gemma Melé, Javier Alcántara, Ángel Palazuelos, Jesús Segado, Agustín Torralbo, Antonia Galiano, Susana Hidalgo o Montesco llevan -en la mayoría de los casos- más de tres décadas vistiendo a las malagueñas.
Con la llegada del mes de septiembre la Pasarela Larios – que este año celebrará su novena entrega los días 13 y 14- se convierte en escaparate de sus creaciones. Una cita marcada en rojo en el calendario fashionista que ha ido ganando repercusión nacional e internacional y que evidencia, cual termómetro- la buena salud de la costura malagueña. Montesco (pareja profesional formada por Carlos Aguirre y Mario Camino) serán esta edición los encargados de recoger el Alfiler de Oro de este evento, que se desarrolla sobre una espectacular alfombra azul de más de 300 metros repartidos por la principal arteria comercial de la capital. Preguntado por el momento que atraviesa la moda en Málaga, Mario Camino defiende que experimenta una etapa «dulce». «En la era de las redes sociales y del 'fast fashion' cada vez son más quienes persiguen la distinción, el no ir como el rebaño. Entonces tocan a nuestras puertas buscando diseños personalizados y exclusivos que no lleve nadie y ese es el gran valor añadido de nuestro trabajo», expone.
En su caso pueden presumir de haberse colado en el armario de tres generaciones: -«Nos empiezan a llegar las nietas de las que fueron nuestras primeras clientas», confiesa. Y es que la fidelización es una de las claves de su éxito, a lo que se suma -a su juicio- el «buen servicio y la calidad de sus tejidos».
En la misma línea se expresa el diseñador Jesús Segado. De pequeño, este malagueño aprovechaba los retales de tela que cogía de su madre, también modista, para confeccionarle capas a sus madelman. Por entonces la costura era para él un juego, un pasatiempo que hoy día sigue ilusionándole con la misma pasión. Tras quince años diseñando para diferentes firmas se lanzó a la aventura de montar su propio taller, desde el que hoy -33 años después-da forma a delicados vestidos de novia y de fiesta con un marcado sello personal influenciado por el que es su gran referente: Balenciaga.
Delicadeza y romanticismo definen las creaciones de Segado, que también cuenta en el mercado con una línea de gafas exclusivas, diseñadas en colaboración con el grupo MiÓptico. «Ya se venden en toda España, Francia y Portugal. Para mi han supuesto una gran promoción ya que ha ayudado a que mi nombre traspase fronteras», afirma. Prueba de ello es que su teléfono no para de sonar. «Me acaban de proponer vender mis trajes en un centro comercial de lujo de Barei, en una tienda multimarca de El Líbano y me han llamado para desfilar en Nueva York, algo que para mi sería un sueño después de haber ido a París». Muy a su pesar, de momento ha tenido que decir que no. «El problema es que en Málaga falta industria. No hay talleres donde podamos producir y en el mio con el trabajo diario no damos abasto», advierte poniendo sobre la mesa una de las carencias más reiteradas por los diseñadores locales.
De hecho, la recuperación de oficios ligados a la moda y la generación de empleo en el sector textil es uno de los objetivos de la iniciativa Málaga de moda, la marca impulsada por el área de desarrollo económico y productivo de la Diputación de Málaga. Su directora, Inmaculada Aragón, recuerda que el textil es uno de los sectores económicos más importantes de la provincia, con más de 700 empresas que generan 24.000 empleos y representan casi el 10% del total de las exportaciones malagueñas anuales.
¿Y qué hay de los jóvenes diseñadores? ¿Está asegurado el relevo generacional? El secreto para lograr la supervivencia en este difícil mundo es -según modistas consagrados como Segado o Montesco-, hacerse con un reconocible sello propio, ajeno a las modas efímeras y al paso del calendario.
En esa lucha se encuentran -y de momento con éxito- Jote Martínez (quien debutó en 2012 debutó en Simof, en Sevilla, con su colección de moda flamenca y en 2014 tuvo su gran oportunidad en Málaga en la pasarela Larios), Bartolomé Barrera -ganador de Málaga Crea Moda 2016-, Álvaro D'Olmedo -joven diseñador colmenareño que recientemente representó a Andalucía oriental en los Premios Nacionales a la Moda para Jóvenes Diseñadores- o Xisco Morales, ganador de Málaga Crea 2019 que este año debutará en la Pasarela Larios.
Y más nombres... La moda flamenca tiene también asegurado su futuro en Málaga com agujas como las de Jorge Sánchez, José Galvañ, Macarena Delgado, Rocío Montserrat -ganadora de tres premios Málaga Crea y con experiencia en citas tan destacadas como la Feria Internacional de Moda Flamenca de Málaga (Fimaf) o en el Salón Internacional de Moda Flamenca (SIMOF)- o Pilar Arregui.
Málaga tienen, pues mucha tela que cortar.
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