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La reina Letizia. Efe

Letizia florece en Japón

La Reina da brillo a su vestido estampado con el collar de chatones, una de las joyas de pasar de Victoria Eugenia, y por la noche sorprende con un vestido color capote

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Martes, 22 de octubre 2019

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Se intuía que la ceremonia de entronización del emperador Naruhito sería colorida, mucho. Lo que poco podía imaginarse es que doña Letizia, que aboga en las grandes ocasiones por vestidos eternos, que bien acompañan a las tendencias de hoy o de dentro de diez años, iba a acaparar la atención entre las damas por su vestido estampado tan made in Spain, y tan japonés. Color, mucho color, y muchas flores. Grandes hortensias, una flor tradicional de Japón y que abundan por la zona donde la abuela de la Reina, Menchu Álvarez del Valle, vive, en Ribadesella. Rosas, verdes, morados... Y el amarillo y el rojo de la banda de la Orden de la Preciosa Corona que el imperio del sol naciente le impuso en su anterior visita en abril de 2017.

El vestido que doña Letizia eligió para la ceremonia de entronización es de la firma cordobesa Matilde Cano, que ya la vistió en alguna otra ocasión. El protocolo indicaba que las mujeres tenían que ir tocadas y, a diferencia de otros miembros de la realeza como Máxima de Holanda o Mary de Dinamarca, que optaron por modelos clásicos, la esposa de Felipe VI se decidió por un tocado-diadema, de tonos rosas, que Catalina de Cambridge está poniendo tan de moda.

Pero, además de por el vestido, que es impactante, guste o no, lo que llamó la atención fue el collar que doña Letizia sacó del cofre de las 'joyas de pasar', esas que pasan de mano en mano de reinas, y que nadie más puede usarlas. La Reina se colocó así el collar de chatones que perteneció a la reina Victoria Eugenia, un regalo del rey Alfonso XIII. Lo lució en forma de gargantilla, pegado al cuello. Al ser de piezas (chatones) desmontables, doña Letizia hizo que con una docena de ellos le confeccionaran una pulsera para completar un conjunto que combinó con los pedientes de brillantes y esmeraldas que, aunque pertenecen a la reina Sofía, doña Letizia ya usó en otras ocasiones.

Para la cena de gala, la Reina volvió a dejar boquiabierto a más de uno. De nuevo, doña Letizia acaparó todas las miradas con un vestido, que lleva la firma de Carolina Herrera, de color rosa capote. Hasta el vuelo recordaba al accesorio de los toreros. Y, claro, inevitablemente recordó al que vistió la infanta Elena hace más de una década en la boda de Victoria de Suecia, que le confeccionó Lorenzo Caprile.

La esposa de Felipe VI se coronó con la tiara Flor de Lis, otra de las 'joyas de pasar', una de las piezas más significativas del joyero real, y se colocó los pendientes de chatones y las pulseras gemelas, que también hederó de la reina Sofía.

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