«Era mi mujer, mi madre, mi padre... Era todo para mí»
El humorista Arévalo habla en televisión sobre su esposa, Elena, fallecida hace dos meses, y sobre la muerte de dos de sus hijos
C. BENITO
Viernes, 5 de febrero 2016, 00:47
No faltaron los chistes, la paella ni las charlotadas a caballo, pero la entrevista de Bertín Osborne a su buen amigo Paco Arévalo en TVE ... alcanzó otra dimensión cuando el humorista expuso a corazón abierto algunas de las grandes penas de su vida. Sobre todo, la más reciente: hace solo dos meses perdió a su esposa, Elena, con la que ha compartido 52 años. «Era mi mujer, mi madre, mi padre... Era todo para mí», dijo Arévalo a su compinche Osborne. Juntos hacen reír desde los escenarios desde hace un lustro, y juntos estaban en diciembre, para actuar en Ciudad Real, cuando llegó la noticia de la muerte de Elena.
Ella llevaba mucho tiempo peleándose con el cáncer. «Al cabo de tres años y mucha quimio le dieron el alta. Sin embargo, al cabo del tiempo le afectó al cerebro y ya no hubo nada que hacer», relató el cómico. «El último año y pico he llorado tanto... Cuando sabes que ya se va a ir. Se fue en silencio, sin darse cuenta y con una sonrisa -dijo-. He estado todos los días durmiendo con ella, cogiéndole la mano y dándole muchos besos, todos los besos que me hubiese gustado darle y más».
Su «tesoro»
Paco y Elena se conocieron cuando todavía eran adolescentes. Él la conquistó imitando a Cantinflas -«los que no estamos dotados de un tipazo nos tenemos que espabilar»- y se casaron con solo dieciocho años, porque ella se había quedado embarazada. La pareja tuvo que superar dos veces el trago más amargo, ya que fallecieron dos de sus cuatro hijos: «El primero se murió al mes y mi hijo Kike se murió con 27 años. ¡Era un fenómeno! Cuando murió, Gila me dijo que tuviese siempre a mano una foto de mi hijo y la besase antes de salir al escenario. Lo hago siempre», recordó Arévalo, que mostró a la cámara las dos medallas que lleva al cuello, una con el retrato de Kike y la otra, con los nombres de toda su descendencia.
A Arévalo, de 68 años, le quedan dos hijos: Paco, que trabaja con él como regidor, y Nuria, discapacitada a causa del síndrome de Williams. «Ella es mi tesoro».
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