El Festival se me hace bola
Un pasito corto de hombre de trono separa al final de la alfombra roja con el comienzo del manto de una virgen
Ángel de los Ríos
Sábado, 25 de marzo 2017, 00:39
No sé de pantones, pero el rojo éste de la alfombra ya me satura. Así que para soltar mente y piernas, justo antes de la ... cena, decidí ponerme las zapatillas y correr por el Centro. Y fue aquí donde tuve una conversión festivalera, como San Pablo, aunque más al trote cochinero que al galope. Conforme entras en Ramos Marín, se agradece este acolchadito. Que de noche luce, pero ya el viernes por la mañana se despierta percodío. ¿Hay cielo para las alfombras cuando Mario Casas ya no las pisa?
¡La de policías de sitian el Cervantes! Pasas zumbando por delante y te miran con cara de «algo habrás hecho». Y de golpe y porrazo me metí en la Semana Santa: Unos hombres de trono midiendo calles con eso del pasito corto, el mismo que separa al final de la alfombra con el comienzo del manto de una virgen. Que hoy ya está aquí Banderas, de reojito mirando a una calle llena de cofrades. Y yo, corre que te corre, bajaba por Alcazabilla. Gentío en el Albéniz que, a la salida, se cruzaba también con la muchachada universitaria que el jueves cumple con la tradición de la trompa tempranera, con pasito corto, al compás de su hipo.
Entrando en Larios, esa que enfilarán los corredores de la Media Maratón el domingo, me digo: ¿Falta luz? Llevamos desde Navidad con esa catedral malaguita y ahora hasta la echo de menos. Si hemos sido capaces de reciclarla para el Carnaval, ¿por qué no aguantarla? A esto me adelantan dos fans por la derecha, para «pillar» a nosequién. Ni me planteo el sprint. Se me está haciendo cuesta arriba. Y queda el sábado. Y me da una pájara. «Mama: El Festival se me hace bola». Muchas málagas para tragar de golpe, en una carrera, en una sola noche. Y huelo a incienso, y tambien se me hace bola, pero de cera.
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