La marcha en el real va por barrios... pero todos están llenos
La jornada del lunes deja colas en muchas casetas desde primera hora de la tarde, aunque en el almuerzo ya había ambiente
La Feria de Málaga está llena siempre, pero como cada año, hay unos días en la semana en la que se viven jornadas especiales. El día antes del festivo del 15 de agosto es uno de ellos, y de nuevo el día no defraudó a nadie. Ya está más que escrito que el Real del Cortijo de Torres se está comiendo año a año parte de ese público histórico del centro, pero es que este lunes esta realidad se hacía mucho más evidente.
Aunque el grueso de los feriantes comenzó a llegar en torno a las 19 horas, las calles del real ya estaban a rebosar desde las 16, cuando se juntaban los que habían terminado de comer y querían seguir de fiesta con aquellos que se plantaban a esa hora porque iban a lo que iban: a bailar, beber, ligar y pasar un buen rato junto a los amigos. Por eso, para aquel que no haya frecuentado el real en los últimos años, podía sorprender el hecho de ver colas de gente en algunas casetas desde prácticamente las 17 horas.
Más allá del debate real-centro, es imposible no reconocer que la mayoría de casetas se han puesto las pilas en estos últimos años, y más que cuatro paredes decoradas, algunas parecen discotecas que abren todo el año. Son las favoritas de la gente, claro; esas que hace ya tiempo que vieron lo que venía y que decidieron apostar por un modelo que triunfa.
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Esta es la visión del que hace esta crónica, pero seguramente muchos coincidirán en que 'La huella', la caseta de 'Malafama', es el paradigma de lo anterior. Es la que más colas registró toda la tarde, y no es para menos. Tres módulos de casetas convertidas en una, con una decoración que se han currado y que merece la pena conocer de primera mano. Y sí, los potentes equipos refrigerantes hacen que uno se olvide que fuera se superan los treinta y pico grados, algunos más si no hay sombra. El ambiente es bastante variado, aunque la media de edad está por encima de los 30 años.
Pegada a ella está 'La candela', una apuesta similar. Su cercanía con 'La huella' crea una unión entre que las refuerza a las dos, porque la sensación es que buena parte de la marcha está en ese tramo del real. Quizá no llega al nivel decorativo de la anterior, pero presenta un ambiente que también merece la pena conocer.
Aunque visitar todas las casetas en una jornada es una tarea imposible de realizar, sí que parece que hay algunas que lo están petando desde este sábado. Para la gente que ya superan los 20 pero aún no están en los 40, 'Ultramarinos Casapalma' es una gran opción, aunque probablemente no es la única. Ahí está también la 'Sala Gold', que prácticamente recoge el mismo ambiente que en su bar del centro.
La Huella es una de las casetas mejor montadas de todo el Real del Cortijo de Torres
También es un tema recurrente el de que en la Feria de Málaga hay opciones para todos los públicos, pero es que esa evidencia también crece cada año que pasa en el Cortijo de Torres. Además, parecen haberse organizado incluso por zonas, como si la cosa fuera por barrios... o por calles. Si uno quiere comer y luego moverse poquito porque hace mucho calor, las opciones son varias. Ahí está la caseta del histórico Pimpi, que aporta una oferta gastronómica muy similar a la de su restaurante del centro. Cuenta con varios módulos, por lo que es una de las más grandes y más animadas de todo el real. A primera hora está cubierta de mesas por todas partes, pero después de los cafés los camareros las retiran y comienza la fiesta. A eso de las 19 horas la caseta del 'Pimpi' –al menos este lunes– estaba en un punto perfecto, sin bullas pero llena. Música bien pinchada y ambiente bastante variado, una opción recomendable si se quiere ir al real sin moverte mucho por sus calles.
Una propuesta similar presenta 'Los amigos de Siempre Así', otra histórica dentro y fuera del real, aunque con el matiz de que la franja de edad es algo más elevada. Por cierto, en este caso –pero no solo aquí– sonaba un grupo en directo; una idea magnífica si lo que se quiere presentar es flamenco y música de toda la vida.
Spiderman de feria
Una de las notas curiosas del día, de esas que rompen un poco con lo habitual, fue el superelaciones públicas de la Gold. No está claro que sea el mejor (es posible), pero era el único que iba vestido de superhéroe. Resulta que Álvaro –así se llama este joven malagueño– se dejó la voz entre el sábado y el domingo convenciendo a los clientes, así que se le ocurrió vestirse de Spiderman para llamar la atención. Parece que funcionó, porque era la estrella de la calle entre tantas fotografías. ¿Irá así toda la semana o solo hasta que recupere la voz? «Lo que digan mis jefes», reconoce Álvaro.
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