Las casetas cofrades aportan ambiente familiar
El fuerte calor que trajo el terral no impidió que los malagueños viviesen con intensidad y alegría la quinta jornada ferial
Ángel Escalera
Jueves, 21 de agosto 2014, 02:23
Los abanicos se movieron ayer a todo ritmo. Los locales con aire acondicionados eran remansos de paz en un día en el que el terral ... se convirtió en inoportuno convidado y dejó una estela de bochorno y sofoco. El terral y agosto son una mezcla que cuando se da en todo su apogeo es difícil de combatir. A pesar del calor, los malagueños disfrutaron de la quinta jornada ferial y no se dejaron ganar el terreno por el aire caliente. La animación volvió a ser la nota predominante en el casco antiguo. Aunque hubo una menor afluencia que el martes, día festivo, bares y restaurantes recibieron a bastantes clientes. Una parte de ellos, almorzaron en los establecimientos del Centro y luego asistieron a La Malagueta a ver una de las corridas con mejor cartel de la feria taurina, con la actuación de El Juli, Perera y Talavante.
Una de las rutas que siguen muchas personas cuando pasean por el casco histórico es la de las casetas que varias cofradías de pasión instalan y que se caracterizan por aportar ambiente familiar, comidas caseras y la posibilidad de hablar de Semana Santa en plena canícula. Incombustibles al desaliento y sorteando el calor con la mejor cara posible, los cofrades trabajan para atender a los clientes que los visitan. Las cofradías destinan el dinero que logran durante los días feriales a labores sociales y caritativas, así como a la potenciación de su patrimonio.
«Para nosotros, lo mejor que tenemos es el ambiente familiar. Cada día damos unas 500 comidas calientes. Somos el comedor de la feria», afirma Mario Moreno de la Cruz, hermano mayor de la Archicofradía de la Sangre. La caseta está en el patio del instituto Vicente Espinel (Gaona). «Llevamos en este recinto 26 años durante la feria. Cada día trabajan en la caseta de 30 a 40 cofrades. Gracias a su entrega desinteresadamente podemos sacar adelante la tarea», añade el hermano mayor. Los ingresos que la Sangre consigue en la caseta suponen un balón de oxígeno económico importante. Una parte de esos fondos se entrega a la parroquia de San Felipe Neri. Igualmente, otra cantidad va para financiar becas de alumnos del instituto Gaona y para necesidades del centro educativo.
Encuentro de amistad
El que fue hermano mayor de la Sangre Ricardo Berrocal destaca que acudir a la caseta permite encontrarse con amigos y conocidos y pasar un rato muy agradable con ellos. Eso fue lo que hicieron las camareras de la Virgen de Consolación y Lágrimas, que compartieron ayer almuerzo en la caseta y ayudaron en la elaboración del menú del día y en otros menesteres.
Si el principal reclamo de la Sangre es la comida, en la caseta que lleva la Hermandad de Viñeros, la del Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Málaga, Sierras de Málaga y Pasas de Málaga, el aliciente es la variedad de vinos de la tierra. «Contamos con 21 vinos distintos de Málaga de once bodegas», explica el hermano mayor de Viñeros, Miguel Ángel Campos. La caseta lleva en la plaza de la Constitución desde finales de los años ochenta del siglo pasado. «Queremos implicar a los bodegueros en los actos del cuatrocientos aniversario fundacional de la cofradía (1615-2015)», reseñó Campos.
También en la plaza de la Constitución está la caseta Pasito corto, que comparten la Cofradía del Amor y la Caridad y la Cadena Cope. Otro edificio característico de la ciudad que da cobijo a una cofradía es el de la antigua Casa del Niño Jesús, en la calle Pozos Dulces. Allí está la caseta El postigo de San Juan, de las Fusionadas. Miembros de la sección de Azotes y Columnas se encargaron ayer de ejercer de camareros y de atender al público. «Nos esforzamos para que todo salga muy bien y la gente se vaya contenta de la caseta», indica el hermano mayor de Fusionadas, Eduardo Rosell.
A las dos de la tarde, la temperatura en el Centro era de 35 grados. El terral golpeaba con fuerza de peso pesado. Hora y media más tarde, entró un poco de aire de levante que refrescó el ambiente e hizo que la temperatura bajase varios grados, informaron fuentes de la Agencia Estatal de Meteorología. Sin embargo, el terral volvió a imponerse y el bochorno se encargó de despedir la tarde ferial en el Centro.
El sofoco no impidió a la panda de verdiales primera de los Montes, dirigida por su alcalde, Francisco Martín González, ofrecer una gran actuación en el escenario de la calle Larios. Otra panda verdialera que derramó el más puro folclore de la tierra fue la de Arroyo Gálica de El Palo. Muy aplaudida fue su intervención sobre las tres y media de la tarde en la calle Bolsa.
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