No hay mayor incógnita que la de la vuelta del kazajo a la competición. A su siempre imprevisible manera de correr se une la ausencia de dos años por dopaje que ha cumplido recientemente. Apenas se le ha visto en las carreras previas, pero sabe lo que es ganar la prueba española (2006) y siempre desea un papel protagonista.
Su estrategia de continuos ataques sin reservas, el apoyo de una escuadra en forma con algunos corredores de talento y su propio aura le convierten en protagonista y esperado objetivo de los espectadores. Lo tiene difícil para vencer, pero debería estar entre los diez primeros y buscar el podio si las alianzas y el transcurrir de la carrera se lo permiten. Al fin y al cabo, rectificó su anuncio de retirada del ciclismo en 2007 y ha pugnado con Bruyneel y Armstrong para reincoporarse al Astana. Sólo estos esfuerzos ya señalan las intenciones ambiciosas del que fuera subcampeón olímpico.