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Torrent, Torra y un grupo de separatistas, el día que comenzó en el Supremo el juicio del 'procés'. :: afp
Regreso a la casilla  del derecho a decidir

Regreso a la casilla del derecho a decidir

Cuarenta años después, el secesionismo actualiza uno de los lemas de la transición: libertad, amnistía y referéndum

CRISTIAN REINO

Jueves, 25 de abril 2019, 00:05

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De manera paulatina y sin dejar de escuchar críticas por 'botiflers' (traidores), amplios sectores del independentismo están abandonando el secesionismo «mágico», en expresión de Gabriel Rufián, que hasta hace nada prometía llegar a la independencia en 18 meses. Después de los hechos de octubre de 2017, en el que se celebró un referéndum unilateral y se proclamó la república, aunque fuera pura retórica, el soberanismo tiene la sensación de que intentó hacer cumbre, fracasó porque no pudo colocar la 'estelada' en la cima, y lo que ahora le toca es volver al campo base, rearmarse y coger fuerza para cuando tenga que intentar un nuevo asalto al Everest.

En esa tesitura está Esquerra, que cinco años después vuelve a incluir el derecho de autodeterminación como el eje de su programa electoral para las elecciones generales. En el programa de las autonómicas de 2015, planteadas como las plebiscitarias por Artur Mas, Convergència y ERC, que acudieron juntas bajo la coalición Junts pel Sí, el programa detallaba una hoja de ruta de 18 meses para llegar a la independencia. El referéndum, que ya se había descartado, solo se contemplaba para ratificar la futura Constitución.

Oriol Junqueras ha repetido hasta la saciedad que el referéndum era una pantalla pasada. Pero ha vuelto, lo que es tanto como reconocer que el 1-O fue simbólico. En ERC creen que la cuestión catalana solo se resolverá votando en una consulta que tenga el reconocimiento de España y de la comunidad internacional. Los republicanos creen que solo conseguirán que el Gobierno central se siente a negociar un referéndum si el independentismo obtiene más del 51% de los votos en sucesivas elecciones, extremo que a día de hoy no se da.

Esta moderación en los postulados de Esquerra tiene una explicación también estratégica. Los republicanos se han propuesto ser los hegemónicos del soberanismo y necesitan ampliar su base, pescando a 'convergentes' asustados con la deriva rupturista de Carles Puigdemont y también en los caladeros de los comunes, aunque esto provoque descontento entre su militancia más independentista. Su lema de campaña es 'Va de libertad'. Libertad nacional y libertad para sus líderes políticos. De ahí que, cuarenta años después de que la izquierda catalanista enarbolara el lema «libertad, amnistía y estatuto de autonomía», el soberanismo ha readaptado la frase que queda actualizada como libertad (para los presos), amnistía (la negociación sobre los indultos estará sobre la mesa en cuanto acabe el juicio) y derecho de autodeterminación.

Construir la república

Frente a una Esquerra cada vez más pragmática, JxCat se erige en la fuerza que no acepta que los escaladores tengan que bajar al campo base. «Hay que ganar el pulso al autoritarismo y a la represión en las urnas y hacer efectiva la república», afirma el programa de la formación postconvergente. 'Tú eres nuestra voz. Tú eres nuestra fuerza'. Es su lema de campaña para presentarse como la única fuerza determinada a seguir adelante con el proceso que se quedó parado en octubre de 2017. «Tenemos muy claro cuál es nuestro objetivo y que son nuestros aliados, pero también sabemos que nos debemos sólo a los ciudadanos de Cataluña y por eso siempre nuestra prioridad será la construcción de la república catalana», añade el programa.

Quim Torra, cuando llegó a la Generalitat, hizo cuatro promesas: volver a investir a Puigdemont, hacer efectiva la república, poner en marcha un proceso constituyente y recuperar las leyes suspendidas por el Constitucional. Los pilares de JxCat. La bandera de la restitución de Puigdemont le funcionó en el 21-D y volverá a apostar por ella para las europeas en las que el expresidente de la Generalitat ya ha prometido su regreso a Cataluña si es elegido eurodiputado. Poco importa que tras el 21-D no volviera a pesar de que lo prometió si ganaba.

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