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Las pensiones y el feminismo sacan a la luz bloques irreconciliables

Las pensiones y el feminismo sacan a la luz bloques irreconciliables

Rivera trata de enarbolar la bandera social ante un PP y un PSOE al que responsabiliza de la baja natalidad en el país

rosa palo

Martes, 23 de abril 2019, 00:40

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Actuar, avanzar, impulsar, aprobar, dotar, garantizar. Anoche fue la fiesta de los verbos de la primera conjugación. Nosotros los votantes, en cambio, somos más de la tercera: digerir y, a veces, hasta resistir, que todavía nos queda el debate de este martes. Pero, en el fondo, todos perseguían el verbo rey de la segunda: convencer. Convencer a los indecisos y reafirmar a los convencidos.

Y lo intentaron, desenvainando las espadas que ya habían estado afilando durante la campaña y blandiéndolas en cuanto tenían oportunidad, viniera o no a cuento. En política social, Rivera abrió fuego haciéndose el moderno padre de familia y acusando al PP y al PSOE (la vieja política frente a la nueva, según él) de tener la culpa de los índices de la baja natalidad en España. Pero, en cuanto pudo, sacó el tema de Cataluña, hablando de Sánchez y de sus socios los partidos nacionalistas y esgrimiendo una tarjeta de la Seguridad Social con una bandera de España tamaño XXL.

Iglesias a lo suyo: con la Constitución en la mano, como Moisés con las Tablas de la Ley, fue a por las pensiones, que no hay que olvidar que hay 10 millones de jubilados que también votan. Pero como para gastar hay que recaudar (lo dijo Xabier Fortes, el moderador del debate, al introducir el bloque de política social), cuando le llega el turno a Casado, el candidato del PP aprovecha para meter sus cuñas favoritas, a saber: que el estado del bienestar está en riesgo con un gobierno de izquierdas, que el PP ya nos sacó de la crisis y que los únicos que tienen un programa económico decente son ellos. Los demás, por lo visto, no se saben ni la tabla del tres.

Pedro Sánchez, mientras tanto, interpretaba su papel de hombre moderado, con una afectada sonrisa de estupefacción ante cada ataque. Habló de justicia social y de todos los logros que había conseguido el PSOE en diez meses, dándole las gracias a Unidas Podemos por su apoyo. Y han sido tantos los logros conseguidos, según Sánchez, que tuvo que tirar de folio para poder enumerarlos todos, del primero al último (y el último fue el Estatuto del Creador, que seguro que más de uno se enteró anoche de su existencia). Hasta que, al fin, llegó el comodín del público: la igualdad entre hombres y mujeres.

En cuanto Rivera le dijo a Sánchez que se bajara del Falcon porque toda esa lista que acababa de leer no se correspondía con la realidad, Sánchez se salió por la tangente con el feminismo. Y aquí es cuando te da la risa al ver a cuatro señores diciendo que si no es no, que si sí pero no, que no, que no. Desde luego, los que han ganado en conciliación laboral han sido ellos: seguro que anoche no tuvieron problemas a la hora de dejar a los niños con alguien en casa. Será porque el verbo 'cuidar' lo seguimos conjugando nosotras.

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