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Bipartidismo y cambio

La palabra estrella de las próximas semanas será estabilidad, un objetivo sin manual de intrucciones para armar el puzle parlamentario

José Vicente Astorga

Lunes, 21 de diciembre 2015, 01:43

La palabra estrella de las próximas semanas será estabilidad, un objetivo sin manual de intrucciones para armar el puzle parlamentario que deja el 20-D. ... Mientras se aplazan los funerales del bipartidismo con los dos grandes rebajados, eso sí, a un suelo histórico, los movimientos posibles son tierra incógnita. El poder nacionalista cobra ahora un protagonismo central que no ha sido valorado durante una campaña en la que la lectura del voto en términos de bloques de derechas e izquierdas había dejado ese análisis fuera del debate. Estas fuerzas soberanistas, y no sólo las emergentes de carácter nacional cuyo peso se daba por descontado, se convertirán en la piedra de toque del nuevo Parlamento, en el termómetro de la capacidad de nuevos pactos de gran alcance entre la vieja y la nueva política. El desempeño más complicado corresponderá en ese escenario al PP. Rajoy anunciaba ayer su intención de formar gobierno pese a que el protagonismo puede acabar finalmente en el PSOE como árbitro, lo que convertiría la derrota de Pedro Sánchez en las urnas en palanca de un éxito de alto riesgo, el que conlleva unirse a Podemos para pasar del bipartidismo clásico al pluripartidismo periférico con una reforma constitucional por bandera. Ciudadanos, mientras tanto, quedaría en principio por propio ideario, en línea con el PP, al margen de movimientos y guiños al mundo nacionalista, que cobra fuerza por méritos propios y también por el respaldo mayoritario que ha generado Podemos. En Cataluña, es la primera fuerza con su promesa de referéndum, y en el País Vasco, sin ese ingrediente, ha sido también el más votado. Si Podemos no ha logrado el sorpasso en la izquierda que le auguraban algunos sondeos, su poder de facto ahora sería máximo, hasta el punto de que Sánchez tendría que plegarse a su ruta para gobernar un «país plurinacional». Las ganas de cambio de la sociedad son ahora las del diálogo para la estabilidad.

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