Extrema felicidad en la sede malagueña de Vox al grito de «¡Viva España!»
La fuerte entrada en el Parlamento andaluz con 12 escaños crea furor en su sede malagueña
«Podemos echar a Susana», comentaban entre los simpatizantes viendo la televisión con gran entusiasmo. Se han descorchado botellas al grito de «Viva España» ... en la sede de Vox en Málaga, situada en la calle Doctor Gálvez Ginachero. Abrazos risas y cánticos monopolizaban el espacio al que poco a poco llegaban más simpatizantes, que desde las 22.00 horas fueron llegando a su sede con visibles rostros de felicidad. Desde el primer momento se hicieron cábalas de posibles pactos, todos con la misma premisa «acabar con el monopolio de la izquierda en Andalucía, que lleva demasiado tiempo haciendo las cosas muy mal» le decía un padre a su hijo.
Lo intercambiaban entre dos asistentes: «Esto ya no es tirar el voto, ahora ya sí que somos un voto útil» se decían entre ellos, asumiendo que los resultados, una vez llegaron al 100% de escrutinio eran más de lo que todos podían imaginar. Los más mayores hablaban de alegría moderada y responsabilidad, mientras que los jóvenes no podían contener la emoción de lo que allí acaecía.
La llegada de José Enrique Lara, presidente de la sede malagueña, fue el definitivo éxtasis entre los presentes. Abrazos, besos y muchos «te lo dije» durante su estancia en la sede. El propio Lara, visiblemente emocionado, explicaba en declaraciones a este periódico que: «Esto es impresionante, es una sorpresa, aunque barajábamos estos resultados durante estos últimos días, uno arriba uno abajo. Ahora lo que quede es seguir trabajando para España, que es lo que venimos haciendo, y nuestra principal preocupación».
«Ahora lo que toca es trabajar por España, que es lo que hemos prometido»
josé enrique lara, presidente
«La sorpresa es para los medios, no para la sociedad. España necesitaba una derecha que le despojara de sus fantasmas»
ignacio raggio, simpatizante
«La sorpresa de Vox es para los medios de comunicación, no para la sociedad. De un tiempo a esta parte una parte de España iba necesitando de una derecha que se despojara de sus fantasmas. Lejos de lo que dicen las encuestas, el votante de Vox es heterogéneo» explicaba por su parte Ignacio Raggio, haciendo balance de lo ocurrido, sin duda, algo histórico.
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