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Recogida de papeletas de una de las urnas del municipio almeriense de El Ejido. Efe
El Ejido, claves del feudo de Vox

El Ejido, claves del feudo de Vox

La inmigración, las promesas incumplidas o la corrupción son algunos de los motivos que explican su triunfo en la localidad

inmaculada acién

El Ejido

Martes, 4 de diciembre 2018, 08:07

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Que Vox escogiera el municipio almeriense de El Ejido para iniciar su campaña electoral autonómica no fue una decisión tomada a la ligera. Las alrededor de mil personas que asistieron a aquel mitin ya mostraron, tímidamente a tenor de los resultados obtenidos el domingo, que este partido de extrema derecha tenía una buena 'resistencia', como se hacen llamar sus seguidores. La campaña fue escasa en cartelería, pero muy fuerte en el boca a boca, haciendo uso de un nuevo instrumento: los grupos de whatsapp. Entre los de agricultores el mensaje corrió como la pólvora.

Ni las encuestas más optimistas fueron capaces de prever la fuerza con la que Vox iba a irrumpir en el panorama político andaluz y ni de lejos podían llegar a dibujar un mapa político en el municipio ejidense donde pasaron de los 58 votos que tuvieron en 2015 a los 7.377 votos que consiguieron el pasado domingo, la formación más votada. Las votaciones dejaron más sorpresas, también a medias, como fueron la bajada en cerca de 4.500 votos del Partido Popular o el descenso en más de 1.700 en el partido socialista ejidense, mientras que Ciudadanos aumentó en más de 2.000.

El día después, eran muchos los que en el municipio ejidense no querían valorar ni hablar de los resultados de Vox, más allá de los corrillos y comentarios en los bares o entre conocido. Otros se mostraron preocupados porque de nuevo se volviera a tachar a este municipio almeriense de racista, ya que la inmigración es el primer punto hacia el que se mira como pilar de su victoria.

Así, Pablo Pumares, director del Centro de Estudios de las Migraciones y las Relaciones Interculturales (Cemyri) de la Universidad de Almería, apuntó a la situación que tradicionalmente se tiene con la inmigración en este municipio, donde existe una tensión entre la necesidad del inmigrante como mano de obra para la agricultura, pero «no se le quiere fuera del trabajo».

Pumares señala que es un tema pendiente que no se acaba de solucionar y de afrontar, al tiempo que se pregunta, por un lado, «qué sucedería si se produjera una huelga de los inmigrantes durante dos semanas en plena campaña agrícola» y, por otro, cómo va a contribuir Vox a solucionar esa contradicción en la que se mueve el municipio ejidense desde hace muchos años.

No obstante, la inmigración no es la única causa del resultado de las urnas del domingo. Como bien apunta este experto, el problema lleva muchos años sobre la mesa Vox no había logrado peso político. A su juicio, otros factores serían la corrupción, «que nos ha hecho perder confianza en las instituciones y, lamentablemente, nuestros políticos no han tenido suficiente altura de miras», dice, y Cataluña.

«Estamos ante una tendencia al alza que afecta a los países occidentales al hilo también de la moda Trump que parece que ha hecho pensar que es posible llegar al gobierno con ideas extremas. Eso ha animado a los votantes que antes pensaban que no sería un voto útil a que ahora sí puede serlo», dice Pumares.

La ciudadanía opina

Los motivos que arrojan los ejidenses van en esta misma línea. «Había que cambiar, la corrupción pasa factura», señala Miguel. Otro vecino, Antonio Paralera, apunta al cansancio. «Me parece un resultado de escándalo. Estamos cansados de los socialistas y el PP no daba la confianza suficiente, de lo que decía no ha cumplido nada», dice.

Marta apela a «la unidad de España». «Se está yendo de las manos y ya es hora de cambiar, estamos hartos de corrupción y de la mala gestión, así que hay que probar», añade. Pero tampoco falta quien a punta a la inmigración. «Lo que no puede ser es que haya trabajo para 30.000 y vengan 60.000. Hay que regularizar en origen, aunque luego nos tachen de racistas», apunta Sofía. «Hace falta una limpieza en el país. Cada uno recoge lo que siembra».

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