Elegir hipoteca: ¿ha llegado el momento de las variables?

Aunque hay previsiones que difieren de éstas. Por ejemplo, las de Bankinter, que estiman que el BCE podría mantener el precio del dinero en los niveles actuales durante todo el año 2024: «Consideramos poco probables subidas adicionales; eso sí, las rebajas de tipos podrían demorarse hasta 2025». En su opinión, el Eurobanco «no tiene motivos para correr» a la hora de desandar el camino al alza de los tipos de interés, «con la inflación todavía por encima del objetivo del 2% y crecimiento económico moderado pero positivo». «Por el contrario, precipitarse podría dar lugar a un repunte de la inflación en la Eurozona», aseguran desde Bankinter. De acuerdo con sus previsiones, en diciembre de 2024, los tipos de interés en la zona euro seguirán en el 4,5% actual, mientras que en diciembre de 2025 habrán retrocedido hasta el 3,75%.

Desde Kelisto.es, su portavoz Estefanía González comenta que, de acuerdo con las estimaciones del propio BCE, así como del FMI o de Oxford Economics, los tipos de interés podrían no bajar hasta el segundo semestre del año que viene.

Existe, por tanto, cierta convicción en que los tipos de interés no subirán, o no lo harán mucho desde los niveles actuales, y que lo más probable es que, de haber algún movimiento en los precios oficiales del dinero, sea a la baja, si bien hay diferencias de opiniones respecto a si esa primera bajada de tipos puede tener lugar más o menos avanzado el año que viene o ya en 2025.

¿Qué hacer, entonces, si se está pensando en contratar una hipoteca? «Es cierto que parece que el euribor ha tocado techo. Ahora bien, la incógnita es si bajará a corto plazo o si se mantendrá en unos valores altos durante un tiempo», contesta Miquel Riera, de HelpMyCash. «Como es imposible saber cuándo bajará el euríbor y cuál será su evolución en los próximos años (recordemos que una hipoteca suele devolerse en 20 o 30 años), recomendamos tomar la decisión en función de la tolerancia al riesgo del solicitante», explica Riera.

De esta manera, según este experto, si el futuro hipotecado no quiere riesgos y prefiere saber siempre cuánto pagará, decantarse por un interés fijo puede ser más conveniente. «Quizás pague más a la larga, pero si los tipos bajan, siempre tendrá la opción de refinanciar su hipoteca para reducir su interés», continúa Riera. «Para un perfil conservador, que no quiera o pueda correr riesgos (que al fin y al cabo es la mayoría de la gente), seguiría siendo recomendable optar por tipos fijos o mixtos (con un plazo fijo largo). Pese a que sean caros, conseguir un tipo fijo ligeramente por debajo del 3% sigue siendo una opción aceptable», apunta Estefanía González.

Pero, a juicio del experto de HelpMyCash, si el cliente cree que el euríbor bajará dentro de poco y está dispuesto a correr más riesgos, un interés variable puede ser buena opción, aunque también ha de valorar si sería capaz de asumir subidas de cuotas en el caso de que se equivoque. En este sentido, Estefanía González incide en que en el caso de perfiles arriesgados, confianza en que el euríbor puede bajar sustancialmente y capacidad financiera suficiente para afrontar subidas del indicador en el futuro (en 25 o 30 años de duración del préstamo, lo lógico es que el hipotecado se enfrente a varias subidas del indicador), sí se podría recomendar un tipo variable.

A juicio del profesor de Economía y Finanzas Santiago Carbó, «empezar a pensar en hipotecas a interés variable es un poquito precipitado»: «Yo creo que no van a subir los tipos prácticamente», pero, a partir de ahí, añade que trasladar a la clientela que van a empezar bajar no es un buen consejo. Es muy probable que la inflación no repunte, continúa, y que los tipos empiecen a bajar a mitad de año, en primavera, pero aún puede haber muchos riesgos geopolíticos por el camino, aunque los económicos se estén paliando-: «Sí es una buena noticia que no vayan a seguir encareciéndose las hipotecas, pero yo creo que sería algo precipitado si se dijera que ya van a bajar y que ya es el momento de las hipotecas variables. Si se consolidara la tendencia dentro de unos meses, entonces sería el momento», concluye.

Por eso, se puede considerar optar por una vía intermedia: el tipo mixto. En este caso, se tendría un interés fijo más bajo durante los primeros años de vida de la hipoteca (entre cinco y quince, por lo general) y uno variable para el resto del plazo. «Esta alternativa puede ser conveniente para los clientes que creen que el euríbor aún seguirá alto durante algunos años y que quieren pagar una cuota más reducida que la que abonarían con una hipoteca fija», asegura Riera.

Y ésta es la opción por la que apuesta David Espiago, de Housfy: no cree que éste sea el contexto propicio para apostar por una hipoteca variable, sino que considera que puede ser «el mejor momento para contratar una mixta a tres o cinco años». De esta manera, argumenta, el cliente se asegura los primeros años de euríbor alto blindado con un tipo fijo.

Desde Kelisto también atisban qué puede ocurrir con la oferta comercial hipotecaria: «Lo que esperamos ver es un mantenimiento de las ofertas actuales, con pequeñas excepciones de entidades que por diversos motivos quieran ser más agresivas». Esto significa, en opinión de Estefanía González que las hipotecas variables seguirán mantiendo diferenciales bajos -aunque, sumados al euríbor, arrojan un precio muy alto al consumidor-. Las hipotecas fijas para plazos de 25 años de amortización se mantendrán entre el 3% y el 4%, aunque se puedan ver ofertas puntuales por debajo del 3%. Y las mixtas, concluye González, seguirán como están: mucho menos atractivas que hace unos meses, porque sus periodos fijos ya no son tan sustancialmente baratos como lo eran antes en comparación con las hipotecas totalmente fijas.