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La construcción, «el canario en la mina» de las crisis económicas

La construcción, «el canario en la mina» de las crisis económicas

El FMI publica un informe en el que pone de manifiesto que elevados crecimientos del crédito acompañados de intenso aumento de la actividad constructora suelen acabar mal. Y pone como ejemplo a España

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Miércoles, 12 de febrero 2020, 16:13

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¿Es la actividad de la construcción el canario en la mina? Es la pregunta que se hace el Fondo Monetario Internacional en un informe que se ha hecho público hoy mismo en el que pretende analizar si este sector actúa como indicador adelantado de que algo empieza a ir mal en la economía. Y, según afirma el organismo, así es: «Nuestra primera observación es que un rápido crecimiento de la construcción ayuda a detectar booms malos, más allá de la información proporcionada por la duración de los crecimientos en el crédito». Lo que el Fondo afirma es que si coincide un crecimiento de la actividad de la construcción con un intenso aumento del crédito, ello puede ser una voz de alarma sobre el futuro de la economía en su conjunto. El Fondo advierte de que largas expansiones del crédito bancario que también presentaron importantes crecimientos de la construcción nunca tuvieron un buen desenlace. Al menos, en la muestra de países con la que trabaja el organismo en el informe.

Como ejemplo, el Fondo pone a España. En el país, el crédito al sector privado como porcentaje del PIB prácticamente se duplicó entre 2000 y 2007. Y este incremento vino acompañado de un boom en los precios de la vivienda (que también se doblaron en términos reales en ese mismo periodo). Y todo ello también coincidió con un fuerte ascenso en el empleo en la construcción, que creció un 47%, frente al 27% que se incrementó en la economía. Además, durante esos años en los primeros 2000, la economía española en su conjunto también creció a un ritmo récord.

A partir de ahí, en el años 2008, la burbuja estalló y comenzaron los impagos, la crisis bancaria y una larga crisis económica.

La investigación del Fondo Monetario muestra evidencias basadas en una amplia muestra de países desarrollados y emergentes analizados desde los años setenta y concluye que fuertes incrementos en el crédito que alimentaron importantes crecimientos en el sector de la construcción nunca terminaron bien. Y lo que ocurrió en España en los últimos años es un ejemplo más de este fenómeno. Lo que el Fondo afirma es que si un boom en el crédito es peligroso, si viene acompañado de otro en el mercado inmobiliario, las potenciales consecuencias pueden ser mucho peores.

El informe de la institución va más allá de España y también de los años de la Gran Recesión. Hay muchas experiencias internacionales y en muchos momentos de las cinco últimas décadas.

Por ello, el Fondo también advierte de que hay señales en el mercado inmobiliario y de la construcción que se pueden vigilar y a las que se puede reaccionar, lo que puede ayudar a corregir coyunturas económicas peligrosas.

Así, por ejemplo, el Fondo señala que la construcción se comporta de manera diferente en los periodos boyantes peligrosos y en los que no lo son: de media, la producción y el empleo en el sector de la construcción crecen entre dos y tres puntos porcentuales más en los «booms malos» que en los buenos. Un crecimiento anormalmente positivo en el sector de la construcción debe ser tomado como síntoma de que se está gestando un desequilibrio en la economía de fatales consecuencias. En todos los demás sectores, afirma el FMI, la diferencia entre los booms buenos y los malos no es tan apreciable.

«¿Qué hace que la construcción sea especial?», se pregunta el FMI. «La construcción no tiene el potencial de crecimiento de otras muchas industrias. En otras palabras, demasiada inversión en construcción puede distraer recursos de otras actividades más productivas y resultar en una productividad más baja», responde la institución. Además, el impulso temporal al empleo en construcción y el bajo nivel de formación requerido puede desalentar a los trabajadores respecto a prepararse más y mejor. Y, por último, los proyectos de construcción necesitan mucha financiación ajena, tanto para los empresarios como para los compradores finales, por lo que un ciclo económico liderado por la construcción suele ser más peligroso en términos financieros que el liderado por otros sectores.

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