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Los participantes del acuerdo: Echenique, Lastra, Santiago y Aizpurua. EFE
El Gobierno pacta con Bildu la derogación «íntegra» de la reforma laboral a corto plazo

El PSOE rectifica el pacto con Bildu y borra el compromiso de derogar íntegramente la reforma laboral

Una primera versión del acuerdo recogía el final de la ley del PP antes de que vencieran las medidas extraordinarias por la Covid-19

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Miércoles, 20 de mayo 2020

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El Gobierno de coalición parece no dudar en ampliar sus apoyos a lo ancho de todo el arco parlamentario. Y si ha acordado con Ciudadanos la prórroga del estado de alarma, también se ha ganado el respaldo –o la no obstaculización para el mantenimiento de esta medida excepcional– de EH Bildu. Esto último, a cambio del compromiso de la derogación de la reforma laboral de 2012 impulsada por el PP. Al principio, la liquidación de esa legislación laboral iba a ser de «manera íntegra». Pero la historia no acabaría así.

La formación abertzale daba a conocer una primera versión del acuerdo tras la votación de la quinta prórroga del estado de alarma, pasadas las ocho de la tarde. De no haberse llegado al pacto que se publicaba, los votos de los cinco diputados de EH Bildu, que fueron de abstención, habría sido negativos. Aunque la renovación del estado de alarma estaba asegurada sin su concurso.

Pero la noche a partir de ahí no fue tranquila. Según la primera versión del documento que recogía el pacto alcanzado ayer, firmado por Adriana Lastra, del PSOE, Pablo Echenique (Unidas Podemos) y Mertxe Aizpurua (EH Bildu), la derogación «de forma íntegra» de la reforma laboral debería «ser efectiva antes de la finalización de las medidas extraordinarias adoptadas por el Gobierno en materia económica y laboral derivadas de la crisis originada por la Covid-19».

Pero al filo de la medianoche, el PSOE mandaba una rectificación del acuerdo con la que ese primer punto «se anula». Y la versión definitiva queda calcada a lo que sobre la reforma laboral recogía el acuerdo de coalición de PSOE y UP: la derogación de esa reforma laboral, sí, pero matizada porque se destacan puntos concretos que abordar «con carácter urgente», como la posibilidad del despido por absentismo causado por bajas por enfermedad –lo que ya ha decaído–, así como la primacía de los convenios de empresa sobre los sectoriales o las limitaciones al ámbito temporal del convenio colectivo.

Compromisos fiscales

Los que sí se mantienen en el acuerdo nuevo respecto al previo son los compromisos fiscales, en particular en beneficio de las entidades locales, forales y autonómicas, que «dispondrán de mayor capacidad de gasto para políticas públicas destinadas a paliar los efectos sociales originados por la crisis de la Covid-19». En concreto, en el caso de las entidades locales, estos gastos ligados a la pandemia deberán exceptuados del cómputo de la regla de gasto. Asimismo, según el compromiso entre el Gobierno y Bildu, el endeudamiento del País Vasco y de Navarra se establecerá en función exclusivamente de su situación financiera.

Un tercer punto del pacto implica que los firmantes han de ir dando cuentas a Bildu del desarrollo de los acuerdos alcanzados.

La primera versión del acuerdo tuvo una reacción inmediata por parte del PP. Su portavoz, Cayetana Álvarez de Toledo, escribió en  su Twitter: «Sánchez le ha entregado a Bildu la derogación íntegra de la reforma laboral a cambio de su abstención. Sinceramente, no entiendo cómo Ciudadanos ha podido apoyar esta tramposa y lesiva prórroga».

Esta última formación se desmarcó del pacto entre Unidas Podemos, el PSOE y Bildu y en su cuenta de esa misma red social se podía leer cierta ironía respecto a la imposibilidad de cumplir con esos acuerdos. Jordi Cañas, diputado de Ciudadanos en el Parlamento Europeo, escribió: «Es fácil prometer lo que no se puede cumplir».

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