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Pablo Iglesias. EP
El pacto con Bildu abre una brecha en el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos

El pacto con Bildu abre una brecha en el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos

La vicepresidenta Calviño, que intervino para rectificar el acuerdo, ve «contraproducente» y «absurdo» abrir el debate sobre la derogación de la reforma laboral

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Jueves, 21 de mayo 2020, 09:38

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La geometría variable de la que el Gobierno ha hecho gala para sacar adelante las últimas dos prórrogas del estado de alarma ha terminado por volverse en su contra. El acuerdo con EH Bildu para derogar la reforma laboral a cambio de la abstención de sus cinco diputados en la votación de este miércoles en el Congreso ha conseguido al mismo tiempo quebrar la confianza del PNV y Ciudadanos, suspender el diálogo con la patronal y abrir una nueva brecha en la coalición. Las dos almas del Ejecutivo vuelven a enfrentarse por un pacto que Pedro Sánchez conocía desde el martes pero que ignoraban algunos miembros de su gabinete, entre ellos la vicepresidenta económica Nadia Calviño.

Fue ella la que frenó el acuerdo en los términos en que se hizo público y la que consiguió que el Gobierno volviera a la posición de partida de reformar sólo los aspectos más «lesivos» de la normativa. Según el texto inicial, en el que los grupos habían estado trabajando desde principios de semana y que se terminó de perfilar el mismo día del pleno, el PSOE y Unidas Podemos se comprometían a derogar de «manera íntegra», y antes de que decaigan las «medidas extraordinarias» para combatir la pandemia, la legislación que el PP aprobó en el 2012.

En el entorno de la ministra de Economía insisten en que sería un error dar este paso sin tener en cuenta a los agentes sociales y en plena crisis por la emergencia sanitaria cuando se está negociando con Europa la ayuda financiera para aliviar el golpe del coronavirus. «Es un absurdo. Sería contraproducente», aseguró Calviño en una reunión telemática organizada por el Círculo de Economía. De ahí que la vicepresidenta exigiese una rectificación inmediata y pidiese recuperar la literalidad del acuerdo de coalición con Unidas Podemos. Un paso atrás que no ha sentado nada bien a su socio de Gobierno, que defiende la validez íntegra del pacto rubricado con EH Bildu. «Lo firmado es lo acordado», advirtió Pablo Iglesias, en una entrevista en Catalunya Ràdio.

Según apuntó el vicepresidente segundo, en el acuerdo de coalición «no se habla de derogación parcial. Se habla de la derogación de la reforma laboral». Sus palabras contrastan con la posición que ha mantenido hasta ahora la responsable de Trabajo, Yolanda Díaz, integrante de la formacion morada. «Técnicamente no es derogable toda la reforma laboral. Sería irresponsable hacerlo», dijo la ministra en una entrevista con 'El País' a finales de enero.

En el seno de EH Bildu tampoco hay ninguna duda sobre qué se pactó. «Cuando firmamos un acuerdo lo cumplimos en la literalidad de lo que firmamos», aseguró el coordinador general de la formación, Arnaldo Otegi. Los independentistas vascos insisten en que el documento que fija la derogación de la reforma laboral «está firmado por el PSOE», por la portavoz parlamentaria Adriana Lastra, en concreto, y que no le corresponde a ellos saber si Sánchez estaba o no al tanto. «Eso es un asunto interno», zanjó en RNE la diputada de Bildu, Mertxe Aizpurua.

Acuerdo sorpresa

En el PSOE, todas las miradas están ahora puestas en Lastra, como responsable de estampar la firma del partido en el acuerdo a tres bandas. La portavoz socialista trató ayer de desenmarañar la madeja y aseguró que «aunque se firmó una derogación íntegra de la reforma laboral, en realidad, no lo es». Según apuntó, su partido no ha rectificado, sino que tuvo que emitir una aclaración ante una mala interpretación del acuerdo con los independentistas vascos. «Siempre hablamos de lo acordado en el pacto de la investidura –aseveró–, de lo más lesivo de la reforma laboral y de hacerlo de mano de los agentes sociales».

Una interpretación que ya había expuesto previamente el secretario de Organización del PSOE y ministro de Transportes, José Luis Ábalos, para tratar de sofocar el incendio: «Lo que hay que reformar es aquello en lo que uno no está de acuerdo y que considera que lesiona los derechos de los trabajadores, eso es lo que nosotros hemos llamado siempre aspectos lesivos».

El acuerdo con Bildu pilló por sorpresa a casi todos en el PSOE. En las filas socialistas no entienden a qué obedece el pacto con la izquierda abertzale cuando el Gobierno tenía amarrados los votos necesarios para extender el estado de alarma hasta el próximo 7 de junio. «Es imprudente», según miembros de la Ejecutiva.

Fuentes cercanas al presidente de Castilla-la Mancha, Emiliano García-Page, aseguran que está «dolido y perplejo» ante lo ocurrido. El anuncio también cogió desprevenidos al PNV y a Ciudadanos, que se sienten traicionados tanto por el contenido del pacto como por las formas en que se ha producido la negociación, a sus espaldas. «Este espectáculo del Gobierno daña la imagen de España», aseguró el portavoz de los liberales en el Congreso, Edmundo Bal. Aún así no cerró la puera a alcanzar nuevos acuerdos con el Ejecutivo «si sus propuestas son moderadas, de centro y coinciden con nuestro ideario».

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