Borrar
¿Por qué sube el precio de la luz?

¿Por qué sube el precio de la luz?

Un cóctel de factores dispara los recibos mientras las asociaciones de consumidores reclaman que se investiguen posibles malas prácticas empresariales

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Sábado, 22 de septiembre 2018, 00:00

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El precio de la luz sigue su escalada hacia máximos históricos. El límite anual se ha superado hasta en tres ocasiones en lo que llevamos de septiembre: los días 5, 12 y 19. Tras la última subida, el megavatio por hora (MWh) se paga a 75,93 euros, lejos de los 40,18 euros registrados en marzo. Por el momento, el tope está marcado en los 93,11 euros alcanzados en diciembre de 2013, una situación que obligó a intervenir al Gobierno central para fijar un precio provisional y crear el actual precio voluntario al pequeño consumidor (PVPC). Te explicamos cómo se fija el precio de la luz, por qué aumenta y cómo afecta a las facturas.

¿Cómo se fija el precio de la luz?

La energía eléctrica no puede almacenarse porque aún no existe tecnología suficiente, de modo que el precio de la luz se fija diariamente en función de la demanda de los consumidores y de las ofertas de las compañías eléctricas, por eso varía con tanta frecuencia. Imaginen una piscina donde las empresas van arrojando sus ofertas. La imagen no es aleatoria; el mercado mayorista de energía se denomina 'pool' (piscina en inglés) eléctrico. Con una jornada de antelación, al mediodía, las comercializadoras presentan sus ofertas de venta de energía. Cada empresa debe formular 24 ofertas, una por hora, para el día siguiente.

El sistema funciona como una subasta que organiza el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE). Los productores más baratos, generalmente las centrales nucleares, lanzan sus ofertas primero. Luego la piscina va llenándose con los precios en sentido ascendente, de modo que las ofertas de las energías renovables, menos costosas, suelen quedar en el fondo mientras que en la superficie prevalecen las tecnologías más caras, como los ciclos combinados de gas o carbón. El OMIE casa las ofertas recibidas con la demanda de las distribuidoras y algunos grandes consumidores. El problema es que el precio final se establece por la última productora que haya entrado en la piscina, lo que acaba encareciendo el coste.

¿Por qué sube el precio de la luz?

Los aumentos registrados en el precio de la luz responden a un cóctel de factores, aunque entre los motivos que suelen alegarse destacan el incremento en el coste del petróleo y el gas y de los derechos de emisión de dióxido de carbono (CO2). El encarecimiento de las materias primas se suma a factores externos que disparan la demanda de electricidad, como las olas de calor o frío. En el caso de esta última subida de septiembre, también influye la reducción de la participación de la energía eólica, cuya producción ha disminuido por labores de mantenimiento.

Las asociaciones de consumidores denuncian que tras estas subidas se esconde el interés de productoras y comercializadoras en ampliar sus márgenes de beneficios. Los reguladores de la competencia revisan si hay posibles malas prácticas tras estos precios desorbitados.

¿Están justificados los aumentos de precio?

Productores, distribuidores y comercializadoras alegan que los incrementos son el resultado de casar oferta y demanda. La Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios en Acción (Facua), sin embargo, considera que estos incrementos no están justificados y sostiene que el modelo de subasta promueve la especulación energética, además de acusar a las compañías de inflar precios de forma fraudulenta.

¿La subida afecta a todos los recibos?

Como consumidores, tenemos dos posibilidades: ser clientes con tarifa regulada (PVPC), solo disponible para potencias inferiores a 10 kilovatios (kW), o tener un contrato a precio libre. En cualquier caso, es importante tener en cuenta que la factura de la luz se divide en una parte variable y otra parte fija. La parte fija incluye impuestos, peajes y primas y supone cerca del 65 por ciento del recibo. Según un estudio de Facua, el precio de esta parte fija, la que más se nota en la factura, ha subido un 155,8 por ciento desde 2003.

La potencia que necesita cada vivienda varía mucho según el número de habitantes, electrodomésticos o dispositivos electrónicos, el tiempo que pasemos en casa o la simultaneidad en el uso de nuestros aparatos. Si nunca han saltado los plomos, es buena señal; podría reducirse la potencia contratada, aunque hay que ser prudentes porque algunas compañías no permiten más de uno o dos cambios al año.

¿Seguirán subiendo los precios?

El Gobierno central advirtió a comienzos de mes que el precio de la luz seguirá subiendo por el aumento de los costes de derechos de emisión de CO2 y de los combustibles fósiles, aunque es difícil prever qué resultados dará la casación de oferta y demanda en las próximas semanas. La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha anunciado esta semana la suspensión del impuesto del siete por ciento a la generación eléctrica, una medida que según el Ejecutivo reducirá las facturas entre un 2,5 y un cuatro por ciento para los consumidores domésticos y hasta un 5,5 por ciento para los consumidores industriales. Desde Facua consideran que la iniciativa resulta insuficiente debido a que la subida del precio registrado en septiembre superará esta rebaja.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios