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Andrea Orcel (a la izda.), junto a la presidenta, Ana Botín. :: r. c.
Santander da marcha atrás en el fichaje de Orcel como consejero delegado por su alto coste

Santander da marcha atrás en el fichaje de Orcel como consejero delegado por su alto coste

El banco, que anunció su incorporación hace cuatro meses, ahora cree que es «inaceptable» pagar una cuantía que rondaría los 50 millones

JOSÉ M. CAMARERO

MADRID.

Miércoles, 16 de enero 2019, 00:54

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Fichaje frustrado. Banco Santander ha decidido frenar en seco la contratación del que estaba llamado a ser su nuevo consejero delegado, Andrea Orcel, desde el pasado 1 de enero, ante la falta de acuerdo económico por el elevado coste que le iba a suponer a la entidad la incorporación del ejecutivo italiano. El banco considera «inaceptable» el importe que tendría que desembolsar por traerse a este banquero de inversión a pesar de que reconoce su talento en el mercado internacional; una cifra que ascendería aproximadamente a los 50 millones de euros, apuntan fuentes del sector financiero.

El consejo de administración del banco ha decidido no continuar con el nombramiento de Orcel, tal y como informó ayer en un hecho relevante a la CNMV. Lo hace después de que el Santander anunciara públicamente el pasado mes de septiembre que sería su nuevo consejero delegado. Incluso la presidenta del banco, Ana Botín, posaba con este ejecutivo de UBS donde era co-consejero delegado de la división de ese banco de inversión, a la que estaba vinculado desde 2012. Pero ahora, a la entidad presidida por Ana Botín no le compensa ese fichaje después de haberse percatado del importe real, y no el calculado inicialmente, que tendría que asumir frente al estimado inicialmente por el grupo.

En principio, Andrea Orcel iba a cobrar la misma remuneración que tiene el actual consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez, en torno a los 6,4 millones de euros (dos millones en salario, otros 1,4 millones en acciones y el resto en variables, según el último informe de remuneraciones de la corporación). Al mismo tiempo, el banco era consciente de que también tendría que abonar las retribuciones diferidas que Orcel había generado como consejero de UBS por sus siete años en esa entidad, y que perdería con su paso al Santander. Pero, una vez analizadas las cuantías, el banco ha admitido que esa suma sería «significativamente mayor que la prevista inicialmente» por el consejo. Es decir, habían infravalorado el peso económico de la contratación, que ahora se ha dejado de lado.

Santander protagoniza así un episodio inaudito en el sector bancario, por el que deshecha el fichaje tras haber sido anunciado previamente. Fuentes del sector apuntan que el banco contaba con abonar una parte de la compensación que debería recibir Orcel por ser fichado, pero UBS se habría negado a perder un solo euro en la operación al considerar que se iba a la competencia -una firma es banca comercial y la otra, de inversión-, por lo que se habría disparado la cuantía a abonar por el banco presidido por Botín.

El consejo del banco español ha tomado esta decisión -apunta- amparándose en la defensa de los intereses de sus accionistas, clientes y empleados. Los consejeros del Santander consideran que no podían hacer frente a ese coste de contratar a una persona «aunque sea de este nivel y trayectoria», porque irían en contra de «los valores de la entidad y de la responsabilidad» que tiene con los grupos de interés y los países en los que opera.

Ana Botín ha reconocido que se trata de una «decisión difícil», pero considera que es la correcta. En un comunicado hecho público ayer por la tarde, la presidenta del Santander explica que «como banco comercial, teníamos que sopesar el alto coste de contratar a un profesional, aunque sea alguien del talento de Andrea Orcel, a quien había que compensar la pérdida de siete años de salario diferido, con nuestra cultura corporativa, que implica compromiso y responsabilidad» con la plantilla, los inversores y los propios clientes del grupo.

Con esta decisión también se paraliza el proceso de cambios que iba a llevar a cabo el banco en su cúpula desde principios de año. El consejero delegado, José Antonio Álvarez, se mantendrá en el cargo y no será de forma provisional, apuntan fuentes de la entidad financiera. La empresa no estaría buscando a un sustituto una vez venida a menos la opción de Orcel. Por su parte, Rodrigo Echenique se mantendrá como presidente de Santander España hasta la designación de un sucesor, que iba a ser el propio Álvarez.

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