Multa de 15.000 euros a un colegio: una profesora lee a toda la clase el correo de un padre que denunciaba el acoso que sufría su hija

La Agencia Española de Protección de Datos considera que se ha vulnerado el secreto profesional y menoscabado la dignidad de la menor

Domingo, 26 de octubre 2025, 14:41

Envió un correo electrónico a la profesora de su hija solicitando una tutoría para conocer la marcha del curso y, también, información «sobre toda clase ... de contingencias relacionadas con la asignatura». No era un capricho. En el mensaje, el progenitor le hacía saber que la menor «se sentía abandonada, desatendida, maltratada, despreciada, insultada a veces y comparada de forma despectiva con terceros o con la otra clase».

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Lo que no imaginó es que cómo procedería la profesora, que durante la hora de clase del día siguiente reveló el contenido de ese email, compartiendo con todos los alumnos cómo se sentía una persona allí presente. La menor se sintió aludida e intervino. Fue en ese momento cuando la profesora explicó que había recibido un correo de su padre, una circunstancia que la menor desconocía y que provocó que aquel día se derrumbara al llegar a casa. Así se lo comunicó el padre al director del centro educativo y solicitó el inicio de un expediente informativo para proteger los derechos de su hija, al entender que «se había quebrantado el secreto profesional y la confidencialidad».

Este es el relato inicial de unos hechos recogidos en una resolución de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), consultada por este periódico, en la que este organismo impone una sanción de 15.000 euros a este centro concertado de Jaén. Una multa que, tras acogerse a dos reducciones que implicaban su responsabilidad en lo sucedido y la renuncia a cualquier recurso en vía administrativa contra la sanción, quedó en 9.000 euros.

En un correo enviado al director, el padre compartió con él cómo fueron esas horas posteriores al incidente en clase: «Acaba de llegar del colegio llorando, se ha encerrado en su cuarto y no quiere salir porque dice que la van a echar. Que los (...) van a tener que abandonar el colegio y que menos mal que ya no tiene amigas. Asimismo, cuenta que la profesora ha leído en clase el correo que ayer le envié yo a su profesora (espero que esto no sea cierto). Es del todo inadecuado lo que hoy ha recibido mi hija, y que ha ocurrido delante de otro adulto».

Tras tener conocimiento y después de que los padres denunciaran que se había vulnerado el derecho a la intimidad de su hija, acusándola delante de toda la clase, algo que consideraron una forma de «maltrato», la dirección del colegio admitió el error y la mala praxis con la que habían actuado y pidió disculpas. También puso en conocimiento de la inspección educativa la forma de proceder de la docente y que había hecho «diferentes comentarios críticos dirigidos a poner en evidencia a la citada alumna». Pero el incidente se agravó cuando la profesora volvió a las andadas y «dijo en voz alta que, por lo visto, había herido los sentimientos de algún compañero y que por lo visto ya no se podía decir la verdad». Esto suponía, según los padres, un «nuevo quebrantamiento del secreto profesional».

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«No sabéis educar a vuestros hijos»

Tras este nuevo suceso, se celebró una reunión con la profesora, en la que se presentó como víctima y acusó a los padres de actuar mal, que tenían que pedirle perdón y que no sabían educar a nuestros hijos. Consideraron aquella reunión como «una violación del protocolo de violencia, acoso o maltrato y violenta la norma, la orden de 20/06/2011 por la que se adoptan medidas para la promoción de la convivencia en los centros docentes sostenidos con fondos públicos y se regula el derecho de las familias a participar en el proceso educativo de sus hijos (...)».

Los progenitores llevaron el caso ante la AEPD al considerar que se había vulnerado el secreto profesional y se había menoscabado la dignidad de su hija al compartir informaciones protegidas por la confidencialidad inherente a la práctica educativa. Finamente, esta agencia estimó que la divulgación por parte de la profesora del acoso que sufría la menor vulneró el artículo 5.1.f) del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), que se refiere al principio de «integridad y confidencialidad» de los datos personales. Una infracción «muy grave», que acabó con la sanción al colegio.

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