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J. A. BRAVO
Viernes, 23 de febrero 2018, 01:19
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MADRID. La mano de José María Álvarez-Pallete al frente de Telefónica empieza a ser valorada por los inversores, que ayer premiaron al grupo con su mayor subida en la Bolsa desde el 8 de diciembre de 2016. Fue tras haber disparado su beneficio un 32,2% el año pasado hasta 3.132 millones de euros, aunque en buena medida gracias a extraordinarios como el cierre de la venta de un 40% de Telxius, su filial de infraestructuras de comunicaciones.
El empuje bursátil fue del 3,8% en una jornada de altibajos en el mercado, y cada título de la operadora roza ya un precio de ocho euros, aunque el objetivo para 2018 es recuperar el suelo de diez euros que los analistas le dan como valor objetivo. Hoy su capitalización se aproxima a los 40.000 millones de euros -casi diez veces más que su deuda-, pero desde enero aún pierde seis puntos.
Entonces, ¿qué ha cambiado para qué los inversores respalden con mayor fuerza un beneficio alto en Telefónica frente a otras ocasiones? Pues, sobre todo, que Alvarez-Pallete ha cumplido con sus objetivos. La deuda neta financiera del grupo se ha reducido un 9% hasta 44.230 millones, e incluso solo en el último trimestre ha adelgazado en 2.292 millones (la mitad por Telxius). Con ello, además, se ahorró 417 millones en el pago de intereses.
Asimismo, su flujo de caja anual ha aumentado un 13% hasta 4.947 millones, muestra de que sus negocios marchan en líneas generales bien y de que, no hay que olvidarlo, la inversión se ha reducido. Ya lo avisó el hoy presidente de Telefónica cuando sustituyó a Cesar Alierta en marzo de 2016: se iban a acabar las compras solo por crecer y se iban a medir mucho más las operaciones estratégicas, financiándolas sobre todo con ahorro interno para evitar que el pasivo siguiera creciendo. En este sentido la inversión en 2018 descendió un 2,6% hasta quedar en unos estimables 8.697 millones.
La parte negativa de sus resultados anuales fue el balance neto de los ingresos, que se vio perjudicado por los tipos de cambio en los mercados donde opera. La libra esterlina y el peso argentino se devaluaron frente al dólar, y el bolívar venezolano se desplomó. Todo ello restó 3,2 puntos a su facturación -que, en global, bajó una décima hasta 52.008 millones- y otros 4,7 puntos al resultado bruto operativo (oibda) que, aún así, mejoró un 7,1% para llegar a 16.187 millones.
Por mercados, solo Brasil creció en ventas en términos netos (8,4%), frente a descensos en Reino Unido (-4,7%) y Alemania (-2,8%), mientras el resto de Latinoamérica se mantuvo casi en plano. En España los ingresos bajaron un 1,3% para quedar en 12.653 millones, aunque aún es su área principal con casi una cuarta parte del negocio (24,3%).
Además, mantuvo la cifra de clientes en 41 millones (en global perdió casi un 2%), aumentándolos en móvil (2%) y televisión de pago (5,2%). Y en fibra los elevó otro 14%.
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