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Francisco González, en la junta de BBVA de 2018. :: reuters
Francisco González deja sus cargos en BBVA por el 'caso Villarejo' para calmar la junta de hoy

Francisco González deja sus cargos en BBVA por el 'caso Villarejo' para calmar la junta de hoy

Abandona de forma temporal la presidencia de honor del banco y de la fundación hasta que concluya la investigación del supuesto espionaje

JOSÉ M. CAMARERO

MADRID.

Viernes, 15 de marzo 2019, 00:04

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Cuando apenas restaban 24 horas para la junta de accionistas de BBVA que hoy tiene lugar en Bilbao, el expresidente del banco, Francisco González, quien estaba llamado a convertirse en su protagonista -aunque no acudiera- anunció ayer por sorpresa que dejaba los cargos que ostenta en la corporación, el de presidente de honor de la entidad y de su Fundación. Trata así de evitar que la asamblea de propietarios se convierta en un polvorín contra su sucesor, Carlos Torres.

Esa fue la decisión que le comunicó al actual presidente de BBVA en una misiva en la que le expone las causas por las que abandona «temporalmente» ambas funciones honoríficas. Lo hará hasta que concluyan las investigaciones en curso sobre el 'caso Villarejo', «para evitar que se utilice» su persona «para dañar a la entidad». Transcurrirán meses, como mínimo, para que se aclare el supuesto espionaje que el banco habría encargado al excomisario Villarejo sobre empresarios, políticos y periodistas para evitar el desembarco de Sacyr, con su entonces presidente Luis del Rivero al frente, en la entidad hace más de 14 años.

Hay dos procedimientos abiertos: uno interno, encargado por BBVA a varias firmas para determinar qué ocurrió con la contratación de servicios a la empresa de seguridad Cenyt -vinculada a Villarejo-. Por otra, el banco, y el propio González, se enfrentan a demandas como la que ha presentado el exvicepresidente de la CNMV Carlos Arenillas, uno de los supuestos espiados, o el exministro Miguel Sebastián.

Esta decisión llega a las puertas de una junta que se preveía convulsa, al menos por parte de los accionistas que iban a pedir la palabra para exigir a Torres que actuara para evitar que se degradara la reputación de la corporación, puesta en duda desde diversas instancias en las últimas semanas en las que González había desaparecido por completo de la actividad pública.

Torres intervendrá hoy sin el peso del expresidente al frente de los cargos que asumió el 31 de diciembre pasado, cuando se produjo el relevo en la cúpula. El nuevo presidente tiene que ser reelegido oficialmente por la asamblea de socios, así como su consejero delegado, Onur Genç. También deben ser ratificadas las cuentas del grupo de 2018, la política de remuneración del consejo o el dividendo, entre otras cuestiones claves para iniciar su mandato.

Aun sin González en sus cargos honoríficos, es posible que los accionistas que tomen la palabra mantengan sus exigencias para que el grupo aclare cuanto antes qué es lo que ocurrió y resuelva la crisis a la que se enfrenta, con el BCE y el Banco de España pendientes de todos los acontecimientos.

En la carta, González considera que BBVA ha sufrido «una larga y continua agresión mediática derivada de las investigaciones policial y judicial, sobre un caso de gran repercusión periodística en torno a un excomisario de policía y su trabajo al frente de una empresa de investigación contratada por el banco».

Hasta ahora había sido Carlos Torres el que había actuado como escudo. Lo hizo a principios de febrero cuando presentó las cuentas anuales de 2018, con una férrea defensa de González. «Yo le creo», fueron sus palabras. Torres le calificó como «un guía y una referencia» en el trabajo que ambos han compartido en los diez últimos años.

«Presiones» en su mandato

El propio González mantiene en su misiva la versión de que los contratos con la empresa de seguridad Cenyt no estaban indicados para realizar esos espionajes de los que intenta desvincularse por completo. Recuerda que ya puso en marcha una primera investigación interna a mediados del año pasado, cuando aún era presidente, para «asegurar que el banco había actuado de acuerdo con sus principios de legalidad y publicidad». Incluso expone cómo le «golpearon» lo que fueron «crisis muy dolorosas» para referirse al «intento de Sacyr de apropiarse del banco» con lo que él considera que fue la «colaboración inexplicable de parte del Gobierno» presidido por José Luis Rodríguez Zapatero.

Aprovecha para relatar otros episodios en los que se negó a que BBVA participara «a pesar de las enormes presiones recibidas», como en la salida a Bolsa de Bankia; o el «odioso chantaje» de Ausbanc... «No han sido años fáciles», le recuerda a su sucesor. Concluye haciendo referencia a «todo lo conseguido» en sus 18 años de presidencia. Y cree que su decisión «ayudará a entender con qué rigor, falta de interés personal y compromiso» ha trabajado.

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