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Europa capea la escalada como puede

Europa capea la escalada como puede

Problemas comunes ·

Las fábricas del Viejo Continente ralentizan su producción

Domingo, 17 de octubre 2021, 00:11

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  1. Francia

    Se salva de momento por su pujanza nuclear

Pese a la tendencia al alza, el precio de la electricidad en Francia está por debajo de la media europea y de la zona euro, aunque sus ciudadanos y empresarios pagan más que sus vecinos de Europa del Este. Que tengan precios más bajos que otros socios europeos se debe a que el 70% de la producción eléctrica proviene de las centrales nucleares.

El primer ministro francés, Jean Castex, anunció el 30 de septiembre que congelará el precio del gas natural y de la electricidad para los hogares. Pondrá en marcha un 'escudo tarifario' hasta abril, fecha en la que Castex cree que empezará a bajar los precios y que coincide con las elecciones presidenciales en el país. A seis meses de los comicios, París teme que el alza de los carburantes y de la electricidad vuelva a inflamar las calles, como sucedió con los 'chalecos amarillos'.

La industria también reclama ayudas. «La crisis no se para en la puerta de la fábrica -advierte Nicolas de Warren, presidente de la Unión de las Industrias usuarias de Energía-. Las señales alarmantes se multiplican. El aumento de precios se acelera, ciertas fábricas ven llegar el muro a gran velocidad y no tendrán más alternativa, en el mejor de los casos, que suspender su producción».

Por Beatriz Juez, corresponsal en París.

  1. Alemania

    Alerta total en la industria alemana del acero

El alza de precios en el sector energético es el responsable principal de que la inflación se disparara en Alemania hasta el 4,1%, el máximo nivel en 28 años. Y un 14,2% de esa subida corresponde al sector energético. La alarma ciudadana es alta ante la perspectiva de un «invierno gélido», como el que presentaba estos días el sensacionalista diario 'Bild', el más leído del país, con una Angela Merkel convertida en «dama de hielo» en tanto que teórica responsable de esa evolución. Al margen de estas interpretaciones obviamente populistas, entre la industria se están enviando ya señales de alerta, cuando no anuncios de restricciones derivadas del precio del suministro eléctrico.

Especialmente afectado está el acero, que ya sufre las consecuencias de la competencia exterior. La Asociación de la Industria del Metal ha advertido de que no podrá encarar la factura. El principal consorcio, ThyssenKrupp, considera que logrará salir adelante sin reducir su producción. Su directo competidor, Salzgitter, no descarta restricciones. La compañía de ferrocarriles Deutsche Bahn, principal consumidor de electricidad, subirá las tarifas, incluidos clientes con abonos anuales. Y otras compañías, como la acerística Holcim o la química Wacker, han incrementado también sus precios.

Por Joana Serra, corresponsal en Berlín.

  1. Reino Unido

    El Gobierno inglés es reacio a salvar industrias

El impacto más preocupante de la subida de los precios del gas en el Reino Unido fue el cierre en septiembre de una de las dos factorías del conglomerado estadounidense CFI. Productor de hidrógeno y nitrógeno, la medida afectaba a la fabricación de fertilizantes. Kwasi Kwarteng, ministro de Empresas, Energía y Estrategia Industrial, ha logrado detener la crisis inmediata, favoreciendo la negociación de nuevos contratos con CFI y sus clientes, que expiran al final de enero. La otra buena noticia es que la Oficina Metereológica le ha presentado un pronóstico del invierno con temperaturas más moderadas.

Más compleja es la tarea de paliar los efectos de la subida en otras industrias. En un desplante insólito, un portavoz anónimo del ministro de Hacienda afirmó que Kwarteng se estaba inventando conversaciones al respecto con el responsable del Tesoro, Rishi Sunak. Un sector del Gobierno desea que las empresas recurran a su capital para sobrellevar estas circunstancias. La tensión existe también entre los afectados. La asociación de industrias de consumo intensivo ha pedido un tope del precio del gas en invierno. Otro 'lobby', el Consejo de Grandes Usuarios, lo rechaza. Una mayoría de sus miembros tiene contratos anuales que les protegen de la volatilidad.

Por Iñigo Gurruchaga, corresponsal en Londres

  1. Italia

    Las fábricas de fertilizantes inauguran las paradas

De momento hay solo un caso conocido de una empresa italiana que haya tenido que parar debido al vertiginoso aumento del coste de la energía. Se trata de la firma Yara, que fabrica fertilizantes en Ferrara (norte del país) y que ha anunciado un parón inicial en la producción de entre 6 y 8 semanas a la espera de que se reduzca el precio del gas natural, que se ha duplicado desde enero. Otras empresas químicas o pertenecientes a sectores que igualmente precisan de un alto consumo, como ocurre con cementeras, acerías, papeleras y ceramistas, se encuentran a punto de seguir sus pasos. «Si el crecimiento continúa como en este último período, es una cuestión de días que valoremos parar la producción», apunta Alessandro Banzato, presidente de la patronal de las acerías.

«Hemos llegado a un punto en el que no pueden excluirse parones en las franjas horarias con precios más altos», reconoce Giovanni Pasini, consejero delegado del grupo siderúrgico Feralpi. Giovanni Savorani, presidente de la patronal ceramista, ha exigido a Draghi una intervención similar a la contemplada con ciudadanos y pymes, a los que se han ofrecido ayudas y descuentos fiscales. «Si no, será inevitable parar».

Por Darío Menor, corresponsal en Roma.

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