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Europa aprueba aranceles al acero que no quiere Trump

La UE aprueba una tasa del 25% a 23 categorías de productos, que se aplicarán durante 200 días cuando se alcancen ciertas cantidades

A. LORENTE

Jueves, 19 de julio 2018, 00:04

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bruselas. Era la principal medida que estaba demandando la industria europea y desde hoy será una realidad. «Era vital», confesó Axel Eggert, director general de la patronal Eurofer. La UE ha decidido blindar su mercado del acero que no quiere Donald Trump aprobando un arancel del 25% a partir de un determinado nivel máximo que se fijará en función del producto afectado. En total, se han identificado 23 categorías. Los detalles de la propuesta, que se extenderá 200 días naturales, fueron publicados ayer por el Diario Oficial de la Unión.

Esta decisión ya fue anunciada a principios de mes por la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, y es una de las muchas consecuencias que está provocando la decisión de EE UU de aplicar un gravamen del 25% tanto al acero europeo como al de otros grandes países desde el 1 de junio. Un órdago que podría provocar una reacción en cadena ya que hay que buscar un destino al acero que hasta entonces llegaba a suelo americano. De ahí el temor de Europa y la necesidad de blindarse ante una avalancha de material procedente de potencias como China.

Según se explica en la resolución publicada, el volumen de la cuota se basará en el nivel anual medio de las importaciones de 2015, 2016 y 2017 de los 23 productos a los que se aplicarán las medidas,cada uno tendrá un contingente arancelario. Así, la cuota de importación de las chapas de revestimiento metálico será de 2.115.054 toneladas netas, la de tubos de gas de 185.280 toneladas y la de alambre sin alear, de 393.031 toneladas. Cuando se agoten las cuotas establecidas, las importaciones de estos productos de acero por parte de los Estados miembros quedarán sujetas a un arancel del 25%. La UE pretende «evitar los efectos negativos del desvío comercial para la industria de la Unión y preservar las fuentes tradicionales de suministro comercial y la competencia efectiva en el mercado siderúrgico». Son, eso sí, medidas provisionales.

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