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La ministra española de Economía y Empresa, Nadia Calviño, conversa con el comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici (i). Efe
El Eurogrupo rechaza el riesgo de recesión pero asume que debe reaccionar con más brío

El Eurogrupo rechaza el riesgo de recesión pero asume que debe reaccionar con más brío

Moscovici pide al club que acelere las medidas para apuntalar la moneda común «y buscar un rebote en la economía ya en el segundo semestre»

Salvador Arroyo

Corresponsal en Bruselas (Bélgica)

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Lunes, 11 de febrero 2019, 20:46

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La Europa del euro no quiere ni oír hablar de recesión porque ninguna de sus economías muestra síntomas que apunten a ese desenlace. Así que «calma» y «sangre fría». Esta sugerencia de Pierre Moscovici, comisario responsable de Asuntos Económicos, marcó ayer la primera reunión del Eurogrupo que evaluó las previsiones de crecimiento que el Ejecutivo comunitario lanzó la pasada semana, mucho más endebles que las de noviembre. En tres meses de diferencia, seis décimas menos de repunte en toda la eurozona (del 1,9% al 1,3%) para este 2019.

Sin alarmas. El club huye de los malos augurios. Las luces rojas que se encendieron hace una década, cuando estalló la última gran crisis, no se activarán ni este año ni el próximo. Hasta ahí alcanza el fondo de escena de la última fotografía 'macro' de Bruselas. ¿En que se basan? En dos ideas generales: Europa crece menos, pero sigue creciendo, genera empleo y las inversiones no caen; y «los fundamentos de nuestras economías (lo que incluye la mayor robustez del sistema bancario) son hoy más fuertes que antes de la crisis. Además, sabemos exactamente lo que hay que hacer para reforzarlos», subraya Mario Centeno, presidente del Eurogrupo. El portugués pone como ejemplo a su país e Irlanda -sometidos ambos a la supervisión de los 'hombres de negro' tras sus rescates- del viraje «hacia la solidez económica y fiscal».

Pero la preocupación es innegable. Porque, al fin y al cabo, los 'tres grandes' del euro son los que muestran la desaceleración más acusada. Alemania espera un repunte del 1,1% este año (siete décimas menos que lo previsto en el informe de la Comisión Europea de noviembre); a Francia se le han recortado tres décimas (del 1,6% al 1,3%); e Italia, que ya entró en recesión técnica el pasado enero tras acumular dos trimestres consecutivos en negativo, subirá apenas un 0,2%. España, la cuarta en el ranking es la que sale mejor parada: la revisión es de apenas una décima a la baja y sus rangos de crecimiento se mueven por encima de la media (2,1% este año y 1,9% en 2020).

«Pero la ralentización no implica una amenaza de recesión», subraya Moscovici. El comisario galo vuelve a insistir en la necesidad de actuar para «conseguir un efecto rebote en el segundo semestre y un 2020 aún mejor».

En este punto, el Eurogrupo abordó algunas claves: la siempre presente incertidumbre del 'brexit' y la necesidad de avanzar en la arquitectura del euro, entre otras de ámbito más nacional. En este sentido, España y Alemania «liderarán» los grupos de trabajo técnico para imponer el máximo ritmo posible al sistema europeo de garantía de depósitos (EDIS) de los bancos con una fecha de referencia: junio.

En este Eurogrupo, con una agenda mucho más reducida de lo habitual, los ministros de Economía y Finanzas acordaron por mayoría cualificada proponer al banquero irlandés Philip Lane como nuevo economista jefe para el Banco Central Europeo (BCE). Era el único candidato a suceder a Peter Praet y en su momento disputó la vicepresidencia de la institución emisora al exministro de Economía, Luis de Guindos.

Sobre la polémica del veto de la Comisión Europea a la fusión de la francesa Alstom y la alemana Siemens, el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, reclamó una «política industrial fuerte» en la UE que permita competir a nivel global, en particular frente a China. Insistió en que presentarán «de aquí a algunas semanas» propuestas para reformar las normas comunitarias de Competencia con «urgencia».

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