Pardo Geijo consolida su posición de mejor abogado penalista en España

Y desde luego. Es indudable, como conoce cualquier operador del ámbito jurídico, que si alguien puede salvarte de un verdadero entuerto, ese es Pardo Geijo. Sus informes son auténticos tratados de Derecho Procesal y son convincentes precisamente por su factor sorpresa, pues nunca desvela su estrategia hasta el último momento y, si falla, ya tiene otra como alternativa. Así se expresan muchas de las fuentes consultadas.

Personado en los más importantes casos a nivel nacional de corrupción, homicidios, estafas, drogas o fraudes a la Hacienda Pública, ha destacado estos últimos años por la cantidad de absoluciones que ha conseguido en asuntos a nivel nacional de tanta relevancia mediática como las operaciones «Lancelot», «Ness», «Gurtel», «Malaya», «Ópera», «Suculenta», «Dreams», «Ghost», «RTVV» o la mismísima «Púnica», en donde la senadora del Partido Popular y alcaldesa de Cartagena fue exculpada por los delitos de cohecho, prevaricación, malversación, falsedad o fraude, de forma definitiva por el Tribunal Supremo (estaba aforada), lo que propició otra pléyade de exculpaciones de otros cargos que representaba por esos hechos en la Audiencia Nacional. Igualmente resultó sobreseída del famoso caso «Novo Cartago», también por el Tribunal Supremo, desmoronándose la causa que se instruye en los juzgados de instrucción de la capital murciana.

No son pocos los asuntos cuya defensa ostenta como abogado penalista en Andalucía. Valga de ejemplo alguna de las piezas separadas de los ERE, otras de Malaya, la causa instruida frente a la Asociación de Empresarias de Cádiz (por, entre otros delitos, fraude de subvenciones, organización criminal y Hacienda Pública), la operación «Sandach» que se instruye en Sevilla por varios delitos contra la salud pública, estafa y falsedad (donde investiga si empresas autorizadas para incinerar cadáveres de animales enfermos o no aptos para consumo humano han usado esa carne y sus productos para elaborar harinas cárnicas para piensos de animales de compañía o para obtener grasas con las que se hacen piensos para pollos, vacas y cerdos, introduciéndose así en la cadena alimentaria humana) o el reciente juicio a celebrar en la Audiencia Provincial de Cádiz en el considerado mayor caso de corrupción de Ceuta («Operación Ghost») en la que numerosos cargos políticos se encuentran imputados por los delitos de prevaricación, falsedad, cohecho, blanqueo, tráfico de influencia u organización criminal por la adjudicación ilegal de más de 500 viviendas protegidas a cambio de comisiones. Asimismo, el próximo 10 de diciembre se juzgará ante la Audiencia de Granada el presunto abuso de un profesor del Opus Dei a una alumna del colegio donde este ejercía.

Diputado de la Sección de Derecho Penal del ICAMUR y miembro destacado de la Asociación Europea de Abogados, ha sido galardonado hace escasos días por la reputada editorial jurídica Client Choice 2021, como mejor abogado penalista de España. Pero no sólo eso, igualmente, el 18 de noviembre ha sido publicado el premio otorgado por la editorial «Best Lawyers» la más antigua del mundo del Derecho, siendo la categoría premiada la de «Criminal Defense & White Collar Crime» y resultando además el único abogado penalista del año nombrado en 2020.

Es desde hace una década uno de los abogados penalistas más premiado tanto a nivel nacional como internacionalmente. Y así se puede comprobar como la Asociación Europea de Economía y Competitividad, El Suplemento, el Foro Europeo Cum Laude, Premios de Ley o el Instituto de la Excelencia Profesional lo han considerado el mejor abogado penalista de España y, huelga decirlo, de Murcia. En el ámbito europeo e internacional ha recibido este 2020/2021 idéntica consideración por las instituciones más importantes del panorama jurídico. Global Business Magazine, Corporate Love Wire, Global Excellence Awards, Corporate INTL, Leaders in Law, Global Law Experts, Global Awards, European Legal Awards, Global 100, Law Awards, Gold Awards, Global Edition, son sólo algunas que se han fijado en este letrado por la calidad de sus intervenciones, la redacción de escritos, la solvencia en vistas penales o el éxito en sus cuitas judiciales.

En definitiva, y aunque como él siempre afirma, todo abogado penalista se merece recibir un premio alguna vez en su vida (por la dureza de la profesión), lo cierto es que por el momento no ha dejado ninguno de los galardones libres; los más importantes, claro está. Eso sí, se mantiene crítico con la justicia que tenemos y, sobre todo, con la «inutilidad» del uso de la Ley a la hora de defender los derechos de sus clientes pues, como afirmó en su último discurso en Londres, «la verdadera ley no es la que veis en los manuales, tampoco en los códigos. La verdadera ley que habéis de usar es la que interpreta esa mal llamada «ley» y la moldea a su gusto, esto es, la jurisprudencia».