Los empresarios catalanes advierten de que está en juego «el futuro de una generación»

Por un lado, el presidente de la patronal catalana (Pimec), Josep González, pidió a los gobiernos catalán y español que se sienten a hablar y advirtió de que la falta de diálogo «abre trincheras y no las cierra». En referencia a la «escalada de declaraciones pidiendo que se condene la violencia», González lamentó que se está evidenciando «una incapacidad para el diálogo». Además, relativizó el daño material y para la economía de los altercados y de la huelga general y apuntó que la principal perjudicada de todo ello es la imagen de Barcelona.

Pero muy distinta ven la situación los expertos del Círculo de Economía, quienes advirtieron que está en juego «el futuro de una generación». «Hay que trabajar de forma coordinada con el objetivo de desterrar los actos violentos, no centrarse en ello sería una grave irresponsabilidad», afirman en un comunicado en el que exigen «urgencia política» para «parar la violencia».

El organismo califica de «extraordinariamente graves» los hechos de estos últimos días y condena «de forma rotunda, sin ambigüedades y sin gradaciones, la violencia vivida en las calles de Barcelona y en el conjunto de Cataluña».

También el presidente de los empresarios (CEOE), Antonio Garamendi, aseguró que ve con «tristeza» las protestas de Cataluña y confía en que no se trasladen «muchas más» empresas a otras comunidades autónomas por el conflicto independentista. «Si todo esto se cronifica llegaría a ser un problema para Cataluña, uno de los principales motores económicos de España», manifestó antes de un almuerzo con la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), preguntado por si se podría repetir la oleada de salidas de empresas de Cataluña del 1-O, que ascendieron hasta las 5.000.