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Acceder una vivienda en propiedad se ha convertido en un reto no solo para los jóvenes, también para otros muchos sectores de la sociedad. La vivienda en alquiler ya no es una alternativa ante la escalada de precios actual. Con este panorama no es de ... extrañar que la demanda de viviendas alternativas se haya disparado en los últimos años.
No es tampoco una opción fácil, sobre todo porque supone contar con una parcela de terreno, Pero quienes tienen esa posibilidad se plantean cada vez más recurrir a fórmulas como las 'mobil home' o las casas de madera, en lugar del ladrillo. El motivo principal está más que claro: los precios. Este tipo de viviendas resulta mucho más económico que una vivienda tradicional. También por los tiempos. Dependiendo de las dimensiones y características que tenga la casa puede estar terminada y colocada en la parcela en unas pocas semanas.
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Con el incremento en la demanda, se ha multiplicado la oferta y en los últimos años han aflorado en Málaga las empresas que se dedican a fabricar y comercializar este tipo de casas.
No es ese el caso de Casas de Madera Bálticas, una empresa con más de veinte años de trayectoria, que tiene su sede central en Jaén y una delegación en Málaga. Su responsable en la sede de Málaga, Juan Torres, ha sido testigo directo de la evolución del sector y asegura que en los últimos cinco años «ha aumentado la demanda un 300 por ciento» y ha variado el perfil de la clientela que acude a ellos buscando una casa.
Tanto en las casas de madera, las 'mobil home' o en los contenedores reciclados coinciden en que el perfil mayoritario de clientes es el de jóvenes de nacionalidad española, pero también de otras edades, si se trata de extranjeros. «En España todavía se relaciona el confort con una vivienda tradicional, cuando hay otros tipos de vivienda que también pueden tener un buen aislamiento y terminaciones. Hace falta un cambio de mentalidad», asegura Juan Pedro Fuentes, fundador de J&J Container, quien explica que «los extranjeros están ya mucho más acostumbrados a estas fórmulas».
«Cuando nació la empresa estábamos orientados a cabañas y viviendas aisladas y ahora nos piden viviendas para cualquier sitio, desde casas que van a estar aisladas y a funcionar con luz soplar hasta casas que cumplen a raja tabla el código técnico de la edificación, igual que una vivienda tradicional, solo que está hecha en madera», explica Torres.
En este último caso se entiende que la parcela de terreno tiene consideración de urbana y por tanto una casa de madera requiere de lo mismos pasos que una edificación tradicional, en lo que a permisos y proyectos se refiere.
«Tenemos clientes de todo tipo, desde gente joven hasta extranjeros, que están más acostumbrados a este tipo de edificación o familias con recursos más limitados», cuenta el responsable en Málaga, quien defiende las ventajas de este tipo de construcciones, principalmente porque «es una solución más económica y eficiente que el ladrillo». Es más, asegura que hay un perfil de cliente que acude a ellos no solo pensando en cuestiones económicas sino empujado por el respeto al medio ambiente. «Nuestras maderas proceden de bosques de tala controlada y son una opción más sostenible que el uso de otros materiales».
Respecto a los precios, depende del tipo de casa que el cliente demande porque «hay mucha diferencia». Se puede fabricar con tronco simple o con tronco doble, con aislante o sin aislante, requerir de un proyecto o no. Y en esas cuestiones varia considerablemente el precio. Aun así, «en una gama superior puede llegar a ser un 40 o un 50 por ciento más económica que una vivienda tradicional de las mismas características». Y una vez que se encarga la casa está terminada en unos dos meses, más unos quince días de montaje en la parcela.
En lo que se refiere a la durabilidad, desde la empresa aseguran que «tenemos viviendas con 50 años de antigüedad que siguen en perfectas condiciones», simplemente requieren de un mantenimiento regular. «Se recomienda pintarlas por fuera, cada año y medio y tener un poco más de cuidado que en una vivienda tradicional. En el mantenimiento está la vida de la casa y necesita estar protegida por fuera de las inclemencias del tiempo, con un barniz especial».
Torres reconoce que en los últimos años han aumentado considerablemente las empresas que comercializan viviendas de madera en Málaga. «La competencia es algo bueno y además a nosotros no nos ha afectado. A nivel nacional hay dos o tres empresas punteras en este sector y nosotros somos una de ellas», afirma.
Toni y Eric Heredia son dos hermanos que desde hace tres años gestionan la empresa Casa Móvil Sur, situada en Alhaurín de la Torre y que cuenta ya con 22 personas en plantilla. Uno de los hermanos llevaba en el gremio más de quince años y al ver la evolución del sector decidió montar su propia empresa.
Este tipo de viviendas rodantes o móviles, que están soportadas por un eje y ruedas, y que tradicionalmente han estado asociadas a los camping, se ha convertido en una salida para muchos jóvenes en busca de vivienda.
«El 95% de las ventas que hemos tenido este año han sido de clientes que no son camping, sino clientes particulares que no quiere pagar un alquiler de mil y pico euros y que están desesperados con el tema de la vivienda. También hemos tenido clientela que adquiere este tipo de casas como segunda residencia, pero la mayoría para vivienda habitual», afirma Toni Heredia.
La variedad de oferta que tiene la empresa, que vende desde Málaga para toda España, es muy amplia: Desde 'mobil home' de segunda mano importadas desde Francia o Inglaterra, que pueden costar entre 13.000 y 25.000 euros, dependiendo de las características, hasta casas de nueva fabricación, que se configuran al gusto del cliente y que pueden salir entre 38.000 y 69.000 euros, dependiendo de las dimensiones y los extras.
«Pueden tener hasta 68 metros cuadrados, son módulos que se juntan en el propio terreno, que vienen ya con todo el mobiliario para entrar a vivir y con unos tres meses de plazo de entrega», explica uno de los socios de la empresa.
También algunos estudios de arquitectura se han sumado a las alternativas al ladrillo. Es el caso de Kubo Arquitectos, un estudio situado en Benalmádena, que desde hace ya una década trabaja con un sistema de construcción industrializado llamado Sismo, que consigue que la obra se desarrolle «más rápido y a precio cerrado, sin imprevistos», explica Fiorella Inverso, administrativa del estudio.
«Son paneles de una estructura de acero que tiene doble aislamiento, que llegan a la parcela y se montan como un lego». Aunque es cierto que este sistema ahorra algunos costes y tiempos de construcción no es una opción económica como las anteriores, aunque sí es cada vez más demandada. «Nuestra curva gráfica sube cada año y ya construimos no solo villas, sino también hoteles y edificios con este sistema».
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