Consejo para los Henry

La revista 'Fortune' usó en 2003 el acrónimo HENRY (High Earning, Not Rich Yet) para definir a los millennial con altos ingresos familiares, a partir de 85.000 euros al año, que no son ricos aún. Los Henry cuentan con educación superior y profesiones bien pagadas, normalmente ligadas a los negocios, finanzas, tecnología, ingenierías o la salud.

Las marcas buscan a los Henry porque consumen la mayor parte de sus elevados ingresos, al priorizar tener una buena calidad de vida y el disfrutar de experiencias relevantes: les gusta vivir en buenos barrios, no cocinar, viajar, la última tecnología, conducir coches de marca, los gimnasios premium, la ropa, calzado y complementos de calidad, etc.

En términos de sus finanzas personales, su estilo de vida no les permite ahorrar, aunque podrían ser el grupo económico con mayor patrimonio en los próximos años si pudieran entender cómo nos podemos apalancar en una adecuada planificación de nuestras finanzas y asumir firmes compromisos de ahorro e inversión a largo plazo.

También el comprender que el tiempo es nuestro aliado en los mercados financieros. Cuando disponemos de un amplio horizonte temporal de inversión tenemos más probabilidades de conseguir la rentabilidad que necesitamos, porque podemos asumir más riesgo con nuestras inversiones al tiempo que mitigamos los efectos de la volatilidad en el corto plazo.

Así mismo, si invertimos a largo plazo en un fondo de inversión o en un plan de pensiones, nos apoyamos en el positivo efecto del interés compuesto que facilita el crecimiento exponencial de nuestra cartera, porque se reinvierten periódicamente las ganancias sin necesidad de incrementar nuestro esfuerzo de ahorro anual. Es decir, cada año, el capital que invertimos es mayor porque los intereses que se van generando se suman al capital inicial para producir más intereses, y así sucesivamente, facilitando la consecución de nuestros objetivos.

Con vidas cada vez más largas, todos podemos asumir los consejos para los Henry.