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El equipo de Innovascope 3DM, con las lentes que utilizan para su tecnología, en el garaje donde han dado vida a su proyecto.
Innovascope 3DM, el sistema que cambiará las reglas de la televisión

Innovascope 3DM, el sistema que cambiará las reglas de la televisión

Seis jóvenes ingenieros malagueños han creado un sistema que, sin gafas, permite a varias personas ver diferentes contenidos en una misma pantalla

Fernando Torres

Lunes, 6 de marzo 2017, 01:05

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Domingo, nueve de la noche. Papá quiere ver una película; mamá, un documental; y Alberto jugar a la videoconsola, pero sólo hay una tele. Gracias a la tecnología de Innovascope3DM, los tres podrán estar satisfechos sin salir del salón. Seis ingenieros malagueños han desarrollado un novedoso sistema que permite que varias personas puedan ver diferentes contenidos en la misma televisión. Sin divisiones, sin gafas. Cada espectador ve lo que quiere, gracias a un sistema de seguimiento ocular y una lente detrás de la pantalla que dirige cada imagen a un sujeto concreto. El futuro ya está aquí, y ha nacido en el sótano de Emilio López, en Alhaurín de la Torre, con la intención de que la patente sea utilizada por las grandes compañías tecnológicas.

Emilio López, Tomás Contador, Javier Serón, José Antonio Polaino, Juan Domínguez y Raúl Valderrama son los responsables de Innovascope 3DM. Este equipo comenzó su andadura hace varios años, buscando la manera de conseguir televisión en tres dimensiones sin la necesidad de gafas. Y lo consiguieron: «Las tres dimensiones en el cine se obtienen mediante la grabación simultánea de dos imágenes con dos objetivos a la misma distancia que los ojos». Así, al igual que el cerebro humano es capaz de generar profundidad gracias a las dos señales enviadas por cada globo ocular, el video gana la tercera dimensión gracias a la emisión de estas dos grabaciones a la vez. Las gafas que habitualmente son necesarias para cerrar el efecto se encargan de unir esas dos señales visuales.

La idea del equipo de Innovascope fue, mediante el sistema de seguimiento ocular, «dirigir directamente las dos imágenes que componen el 3D a cada ojo. Una vez conseguida la emisión en tres dimensiones sin gafas, pensaron: ¿Por qué no utilizar la dirección selectiva de imágenes a varias personas, en vez de a cada ojo? Y así consiguieron dar con la tecnología actual. Detrás de la pantalla hay una lente, y tras esa lente hay cincuenta luces, «encargadas de reproducir la señal del contenido elegido». En función de dónde esté el espectador, se enciende la luz que, al cruzar la lente, se dirige únicamente a los ojos del sujeto.

Este proceso se repite simultáneamente con el resto de personas en la habitación. Pero, ¿cómo conseguir que dos contenidos se reproduzcan a la vez en una sola pantalla? Para que en un video haya sensación de movimiento, debe haber un mínimo de 24 fotogramas por segundo 24 imágenes reproduciéndose simultáneamente. Lo habitual es que una película tenga como mínimo 30. Para conseguir reproducir dos vídeos a la vez, el software de 3DM solapa los fotogramas, repartiéndolos en el tiempo e intercalando cada uno de ellos en la luz que se dirija al espectador seleccionado. Si se emitieran con la lente quitada, literalmente el espectador vería los dos contenidos a la vez.

Las aplicaciones de esta tecnología son casi infinitas, y basta que el equipo se siente a tomar un café para que «surjan ideas nuevas», explican divertidos e ilusionados. El sector doméstico es el que a priori más claro ven para dirigir sus innovaciones, pero el salón de casa no es el único sitio donde Innovascope 3DM puede cumplir una función: «El navegador de un coche puede mostrar el GPS al conductor y una película al resto de pasajeros». El sector del videojuego también se puede beneficiar: «Anteriormente, dos jugadores tenían que jugar con pantalla dividida, ahora cada uno podrá ver a su personaje a pantalla completa y, sobre todo, sabiendo que su rival no podrá saber lo que está haciendo». El mercado de los teléfonos móviles también puede aplicar esta tecnología en materia de seguridad, así como puede hacerse en los cajeros automáticos.

El proceso fue «largo y duro», ya que tuvieron que formarse desde la base en un sistema que hasta ahora nadie ha conocido. «Tuvimos que aprender desde cero». La actitud positiva frente al fracaso y la presión también son determinantes. «Empiezas, te motivas, fallas, y cuando estás a punto de tirar la toalla de repente superamos el bache». Serón asegura que cuando comenzaron la andadura, pensaba que «no iba a funcionar». Pero para su sorpresa, lo hizo. «Sentí escalofríos cuando salió bien, pero cada mejora viene acompañada de una sensación increíble», apunta Polaino. «Hay mucha gente en todo el mundo investigando sobre esto, pero somos los primeros», asegura López, lleno de orgullo y modestia.

Este sistema está listo para dar el salto a la primera división. «Nos ha costado unos 40.000 euros fabricar los prototipos, pero la tecnología se puede implantar por poco menos de 200 euros; a una empresa grande mucho menos», explica López. La intención del equipo es seguir un modelo de negocio mixto: «Vender las patentes pero manteniendo el desarrollo del producto». Entre risas, aseguran que pretenden darle «salida comercial» a su tecnología, aunque todavía tienen que asimilar que, quizá, han cambiado las reglas del juego, para siempre.

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