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Antonio Garamendi, presidente de la patronal CEOE. EFE
«Se hace la contrarreforma laboral por decreto y ahora, ¿por qué no antes? Es electoral»

«Se hace la contrarreforma laboral por decreto y ahora, ¿por qué no antes? Es electoral»

En opinión de Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, el anuncio del Gobierno responde únicamente a intereses electorales y se pregunta «¿por qué no lo han hecho antes?»

MANU ALVAREZ

Martes, 26 de febrero 2019, 00:07

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Llegó a la presidencia de la CEOE ofreciendo diálogo y reclamando una actitud similar por parte del resto de agentes sociales. De momento no ha tenido demasiado éxito, al menos en lo que se refiere al Gobierno. Ahora el Ejecutivo de Pedro Sánchez está a punto de modificar algunos aspectos fundamentales de la pasada reforma laboral mediante una fórmula, cuando menos, extraña. Un decreto ley que debería ser convalidado cuando el Parlamento ya esté disuelto y que, en opinión del líder de la patronal, Antonio Garamendi, hay que situar dentro del «marketing electoral». Las consecuencias, estima, serán negativas.

- ¿Por qué le da la patronal más importancia a las formas del Gobierno que al fondo de la cuestión, en la reforma de la reforma laboral?

- Creo que es más exacto hablar de contrarreforma. Sí, nos preocupan mucho las formas porque no parece lógico legislar por decreto ley cosas sobre las que se estaba hablando, discutiendo e incluso yo diría que con muchas posibilidades de alcanzar acuerdos en la mesa de diálogo social. El decreto ley es una fórmula extraordinaria para abordar cuestiones urgentes. ¿Era urgente modificarlo? Y, si lo era, ¿por qué no lo han hecho antes?

- ¿Quizá porque forma parte de la campaña electoral?

- Sin duda. Estamos ante un decreto ley de fines electorales.

«Evitó cierres»

- ¿Cree que el Gobierno debería dejarlo sobre la mesa?

-Lo lógico es que se tramite como proyecto de ley, lo cual nos permitiría a todos un trámite de audiencia, decir lo que pensamos, pedir incluso que se modifiquen algunas cosas por la vía de las enmiendas. Lo lógico es que, en esta coyuntura, los ciudadanos decidan el Gobierno que quieren, del signo que sea, y luego que se envíe al Parlamento el proyecto. Pero un decreto ley supone un contrato de adhesión. Lo tomas o lo dejas, como un todo.

- Imagino que, en su opinión, el balance de la controvertida reforma laboral será positivo.

-Lo es. Permitió que muchas empresas evitasen un cierre que de otra forma habría sido irreversible. Y son esas mismas empresas las que hoy están creando empleo. Por eso creo que sus efectos han sido positivos en un momento crítico, de recesión.

- Está claro lo de las formas, pero vayamos al fondo de lo que quiere modificar el Gobierno.

-Mire, la prevalencia de los convenios de empresa sobre los sectoriales es una cuestión de filosofía. Nosotros creemos que cada empresa tiene que tener un margen de flexibilidad porque su situación puede no ser la misma que la de su sector. En el caso de la ultraactividad, siempre hemos defendido que sea una materia de negociación colectiva y la experiencia demuestra que muchas empresas ya han negociado sus condiciones. Y la aplicación de convenios en subcontratación es un asunto delicado. En el último acuerdo de la CEOE con los sindicatos, ya alcanzamos un acuerdo para reformar el artículo 42 del Estatuto de los Trabajadores, porque admitíamos que en algunos casos se estaban produciendo bolsas de fraude en eso que se denomina 'empresas multiservicio'. Pero dicho esto, si en todas las subcontrataciones se obliga a aplicar el convenio de la empresa principal, se va a generar un parón importante. En general, si el Gobierno opta por hacer la contrarreforma laboral va a hacer daño al empleo.

- Y el control de horarios...

-Sin atender a detalles, sin tener en cuenta las características de cada sector, de cada empresa, la tendencia a la conciliación familiar, la flexibilización que se da ya en muchos puestos de trabajo... El teletrabajo.... Hacer una norma rígida me parece tremendo. Un gran error.

Mantener el diálogo

- Ahora que ya han pasado algunos meses desde su nombramiento, ¿Se reafirma en que su estrategia es el diálogo?

- Sin duda. Los empresarios ni nos levantamos de la mesa de negociación ni tampoco salimos a la calle a manifestarnos. Mantenemos nuestra independencia política de todos los partidos, tenemos sentido de Estado porque lo que buscamos entendemos que es bueno para el país, pero mantendremos la lealtal institucional. Esto es, creemos que se puede decir lo que uno piensa, pero de forma educada.

-Siempre las tiene, porque las empresas necesitan estabilidad y moderación. Las elecciones en un país siempre generan inestabilidad, aunque en nuestro caso llevamos tres elecciones en un breve plazo de tiempo. De cara a las inversiones exteriores, por ejemplo, es crítico. Si no damos imagen de seguridad jurídica, las inversiones se van a retraer. Deberíamos hacer autocrítica como país para preguntarnos por qué en medio del 'brexit', España prácticamente no ha conseguido atraer a ninguna de las empresas que están abandonando su sede en Reino Unido para ubicarse en otro país de la Unión Europea.

- ¿Considera que, dada la dispersión del voto, esa inestabilidad puede haber llegado para quedarse una larga temporada?

-Confiamos en que pueda haber un Gobierno fuerte tras las elecciones. Es a los ciudadanos a quienes les toca decidir el signo político.

- Y cómo valora la reciente ruptura de las negociaciones en el Pacto de Toledo...

-Estamos ante una consecuencia directa del adelanto electoral. Ha sido automático, se han convocado las elecciones y el acuerdo ha sido imposible. Pero garantizar el futuro de las pensiones es un asunto clave y estoy seguro de que se retomará. Al menos, eso espero.

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