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Pedro Sánchez y Juncker.
Bruselas enfría el optimismo y rebaja el crecimiento español una décima, hasta el 2,8%

Bruselas enfría el optimismo y rebaja el crecimiento español una décima, hasta el 2,8%

La Comisión revisará este jueves a la baja las previsiones del conjunto de la UE por la incertidumbre mundial liderada por la guerra comercial de Trump

Adolfo Lorente

Corresponsal en Bruselas

Jueves, 12 de julio 2018, 12:37

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Apenas es una décima, pero hay décimas que dicen demasiadas cosas. Según ha podido saber este diario de fuentes de toda solvencia, la Comisión rebajará este jueves la previsión de crecimiento de España para este año hasta el 2,8%, frente al 2,9% anunciado el 3 de mayo. Un suspiro, sí, pero baja, y este verbo no se usaba para estas lides desde los peores años de la crisis. Desde entonces, todo ha sido subir y subir. Rara era la ocasión en la que las previsiones de crecimiento no se revisaban al alza ratificando el rol de locomotora de la Eurozona. Ojo, lo sigue siendo, pero el cambio de ciclo quizá esté mucho más cerca de lo que algunos se creen. Lo peor, la bajada en sí. Lo mejor, que el problema no es ni mucho menos español, sino global, con Donald Trump como principal aliado de la incertidumbre mundial generada por su afán proteccionista.

Un Trump, por cierto, que se encuentra en Bruselas participando en la cumbre de la OTAN y que lejos de ofrecer la pipa de la paz a Europa, ha redoblado su órdago tanto en materia de defensa como comercial, donde EE UU sufre un déficit con la UE superior a 150.000 millones de dólares (quien dice UE, dice Alemania). El presidente norteamericano no va a cambiar de estrategia. Lo ha apostado al 'cuanto peor, mejor' y la Comisión, como ya hizo recientemente el BCE, no ha tenido más remedio que recular y reconocer que las cosas irán peor de lo esperado.

El Ejecutivo comunitario presentará este jueves las previsiones de verano y lo hará en el formato aprobado hace unos meses. Es decir, serán unas previsiones 'light' ya que sólo se actualizarán los datos de PIB y de inflación. El resto de indicadores sólo se publicarán en otoño y primavera. Es decir, que este jueves España se 'salvará' de dos de sus grandes estigmas: el déficit (es el peor de toda la UE) y el paro (el segundo peor y el doble que la media).

Eurogrupo en Bruselas

Toca, por lo tanto, hablar de PIB y España, pese a todo, sigue saliendo bastante bien parada. Este 2,8% estimado por Bruselas sigue estando por encima de las previsiones del Gobierno. El martes, la ministra de Economía, Nadia Calviño, ratificó tanto el 2,7% previsto por el anterior Ejecutivo para 2018 como el 2,4% de 2019. La apuesta del Ejecutivo comunitario para el periodo 2018-2019 es 2,8% y 2,4%, mientras que la del FMI, por ejemplo, es de 2,8% y el 2,2%. Décima arriba o abajo, todo muy parejo.

Todos los grandes organismos coinciden en el enfriamiento de la economía a partir del próximo ejercicio. «No se trata de un parón, sino de una estabilización en la senda del crecimiento tras producirse una lógica corrección», explican fuentes comunitarias. No hay pánico, cierto, pero la situación es peor de la esperada. Más señales. El pasado 14 de junio, el Consejo de Gobierno del BCE rebajó de forma drástica la previsión de crecimiento de la Eurozona para este año del 2,4 al 2,1%. Entre una cifra y otra apenas habían pasado tres meses, de ahí lo preocupante.

Esto es precisamente lo que la Comisión hará este jueves, corregir a la baja en torno a un par de décimas el PIB del bloque común. España baja del 2,9% a 2,8%, pero sigue siendo con diferencia la potencia que más crece. Según las previsiones de mayo, la Eurozona y Alemania crecerían al 2,3%, Francia al 2% e Italia, al 1,5%. Guarismos todos ellos que este jueves también quedarán mermados como consecuencia de la incertidumbre mundial.

Estas nuevas previsiones se publicarán con los 19 ministros de Finanzas del euro en Bruselas, donde participarán este jueves en el último Eurogrupo antes de las vacaciones de verano. Una cita sin grandes temas en la agenda que pasará completamente desapercibida por la presencia de Trump en los cuarteles generales de la OTAN junto a todos los jefes de Estado y de gobierno europeos. Ni es el escenario ni es el momento, pero seguro que se hablará de guerras comerciales y amenazas arancelarias a sectores como el automovilístico. La situación es tan convulsa en las relaciones trasatlánticas que es posible que las previsiones de este jueves se queden viejas incluso antes de publicarse. Y no precisamente para bien.

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