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juan carlos barrena
Corresponsal. Berlín
Martes, 10 de diciembre 2019, 18:46
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Diez países europeos, entre ellos España y Portugal, tienen previsto introducir un impuesto a las transacciones financieras que gravará la compra de acciones con una tasa del 0,2% por operación. El ministro alemán de Finanzas, Olaf Scholz, presentó este pasado lunes a sus colegas europeos un proyecto de ley final que estos habían solicitado y que acaba con nueve años de arduas negociaciones, según reveló este martes el rotativo germano 'Süddeutsche Zeitung', que ha tenido acceso al documento.
«Por primera vez desde 2011 estamos preparados para alcanzar un acuerdo», escribió Scholz a sus colegas. Ese año los gobiernos europeos se comprometieron ante sus ciudadanos a no rescatar nunca más a entidades bancarias como tuvieron que hacer tras la última gran crisis financiera de 2008. Solo en Alemania, el contribuyente aportó más de 70.000 millones de euros para el rescate bancario.
El objetivo del proyecto de ley es que los especuladores financieros paguen impuestos en el futuro por comerciar con productos de alto riesgo. El impuesto de transacciones financieras tiene el propósito de que bancos y Bolsas participen de manera justa en la financiación de las posibles cargas. La propuesta para esa tasa que presentó en su día la Comisión Europea fracasó por el veto de varios países miembros, entre ellos la propia Alemania.
Los socios encargaron entonces al ministro germano de Finanzas elaborar una iniciativa con perspectivas de éxito. El gravamen a la compra de acciones redactado por el equipo de Olaf Scholz es, sin embargo, tan solo un primer paso hacia un impuesto bursátil. El proyecto de ley contempla que las personas que compren acciones de grandes empresas paguen en el futuro una tasa del 0,2% del valor del negocio al fisco.
El impuesto solo será aplicado a las acciones de aquellas empresas con un valor en Bolsa superior a los 1.000 millones. En el caso de Alemania son un total de 145 firmas. Los diez estados implicados en el proyecto -además de Alemania, Austria, Bélgica, Grecia, Eslovaquia, Eslovenia, España, Francia, Italia y Portugal- suman más de 500.
Olaf Scholz espera que el impuesto aporte a Alemania unos ingresos de 1.500 millones que serán destinados en su mayor parte a financiar la llamada 'pensión básica' a partir de 2021, el año en el que está previsto que la medida tributaria entre en vigor. Francia, Italia y Gran Bretaña cobran ya un impuesto a la compra de acciones.
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