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Limonero en el Valle del Guadalhorce. SUR
El limón ecológico se cultiva en el Valle del Guadalhorce

El limón ecológico se cultiva en el Valle del Guadalhorce

Cítricos. En las épocas de mayor producción, esta fruta puede llegar a superar las 150.000 toneladas en la comarca, donde es una de sus señas de identidad

ANDREA JIMÉNEZ

Jueves, 9 de marzo 2023, 01:00

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El limón ecológico se cultiva en el Valle del Guadalhorce. Esta fruta, una de las joyas cítricas de la comarca, ha aumentado considerablemente su presencia en la comarca en los últimos años, especialmente en su versión ecológica. En las épocas de mayor producción, este cultivo puede llegar a superar las 150.000 toneladas, según datos del Grupo de Desarrollo Rural Valle del Guadalhorce. De las 10.000 hectáreas de cultivo de cítricos en Málaga, 6.000 corresponden a la comarca del Guadalhorce, especialmente en los municipios de Pizarra, Cártama y Álora, donde se superan las 1.000 hectáreas de limones, naranjas y mandarinas. La presencia del limonero es «especialmente destacable», cuyas principales variedades son el limón verna y el fino, «que nos permiten abastecer de este fruto tan apreciado en la cocina durante prácticamente todo el año».

Concretamente, el cultivo de limones supone más del 50% del volumen de negocio total de cítricos en la provincia. «El limón es uno de los cítricos más exigentes en cuanto a temperatura, y supone un nicho de producción muy importante. En España se cultiva aquí y en Murcia, especialmente», señalan.

A nivel nacional, la superficie de limón ecológico cultivado bajo el modelo europeo en España alcanzó en 2021 las 10.300 hectáreas, aumentando un 503% respecto a 2012, y el cultivo ecológico representa un 20% de la superficie total.

Este aumento se debe a la gran demanda de limón 'bio' que existe en otros países europeos, de los cuales Málaga es gran proveedor. Entre ellos se encuentra Alemania, principal consumidor europeo de estos cítricos ecológicos.

En el Guadalhorce, el limonero fino suele habitar terrenos de vega, mientras que el limonero verna se ve principalmente en laderas de las sierras. El primero de ellos se caracteriza por dar un fruto ovalado (y en ocasiones esférico) con pezón corto, corteza lisa y delgada, con alta cantidad de zumo y pocas semillas. El segundo, en cambio, produce un fruto de mayor tamaño, con corteza gruesa, rugosa e irregular y con menos cantidad de jugo.

La plantación de limonero requiere zonas libres de heladas, aconsejándose la orientación norte-sur, siempre que las características de la parcela lo permitan.

El principal uso del limón consiste en la elaboración doméstica de zumos y refrescos, así como su empleo como aliño o condimento en la elaboración de multitud de platos. No obstante, en los últimos años se ha incrementado su uso en la industria, ya sea para la obtención de zumos (naturales y concentrados), la extracción de aceites esenciales, pulpa, raspaduras de corteza o fabricación de piensos, entre otros.

Asimismo, según explican desde el GDR, más recientemente se está empleando en la obtención de ácido cítrico natural con destino a la confección de conservas naturales. Los criterios de selección de las variedades se basan principalmente en su contenido en zumo y la calidad del mismo, el espesor del albedo y la presencia de semillas.

El limón es, además, rico en vitamina C, B, calcio o hierro, lo que lo hace bueno para la digestión y ayuda al funcionamiento del sistema nervioso. También destacan sus propiedades antioxidantes y diuréticas, ya que ayuda a eliminar toxinas del organismo y a prevenir el envejecimiento prematuro. Así, es ingrediente de gran parte de los remedios caseros: ayuda a combatir la anemia, los resfriados e incluso el agotamiento físico.

Otro de los cítricos que forman parte de la oferta de la comarca es la naranja, con varias variedades, como la dulce o la verna, muy apreciadas por sus propiedades sensoriales. El cultivo de la naranja malagueña también se concentra en gran parte en el Guadalhorce, «ya que se amolda muy bien al clima templado y húmedo de la zona», y su producción puede superar las cuatro toneladas, exportando a otros países. También destacan las mandarinas clementinas, muy apreciadas por su dulzor y sus especiales características organolépticas, «debidas a las especiales características climáticas y a la riqueza de los suelos en la comarca». En cuanto a sus variedades, la mandarina clemenules es la más proporcionada en relación acidez y azúcar, según indican desde el GDR. «Gracias a la abundancia del sol malagueño aporta múltiples beneficios a esta variedad cítrica, como es la abundancia de zumo, el gran sabor y la facilidad de pelar». Por otra parte, se encuentra la variedad clemenvillas, también jugosas y fáciles de pelar, aunque con un sabor un tanto agridulce.

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