Valiente dilema teníamos el domingo pasado. A las tres arrancaba Rafa Nadal en París en busca de su más añorado Roland Garros y, a las ... cuatro, teníamos al Málaga en La Rosaleda en la paciente espera de su confirmación. Había que decidirse por uno u otro y opté por la fórmula de dividir la pantalla en dos (lo que nunca había experimentado seriamente) alternando el sonido según las imágenes. Y resultaría curioso que el pitido final del árbitro en La Rosaleda coincidió con la última pelota de Nadal en París. La decepción en el fútbol fue anulada en el acto por el triunfo de un Nadal al que no hay quien le gane. Y que rompería allí, aquí y en todo lugar con la jubilosa celebración de un sonado éxito del deporte español. Confirmación de que Nadal es el mejor deportista español de todos los tiempos. Por sus triunfos (13 Roland Garros, 20 Grand Slam), por su gran humanidad y por el orgullo que siempre pregona de ser español. Que el Málaga no pasara de un empate queda 'velado' de momento, en espera de que el equipo de Pellicer disponga de tiempo para construirse. Otro tanto puede decirse de la selección nacional, que marca un gol a Suiza pero sin convencer por su juego, tal como venía 'enamorando' últimamente. Personalmente reflexiono a veces si será correcta la fórmula de Luis Enrique de llamar a jugadores de todas partes, en casos sin la necesaria notoriedad, o el viejo sistema de componer un bloque con el apoyo de los jugadores más en forma en cada momento. Cierto es que la renovación es urgente pero no tanto como para mantener a Sergio Ramos y Busquets como únicos elementos de una transición que, aparentemente, no convence del todo.
En definitiva, y reflexiones aparte, un fin de semana desigual que nos permite mantener con cierta ilusión un compás de espera respecto al Málaga y también la selección nacional, en tanto que nos felicitamos por un nuevo triunfo del tenis español a nivel mundial. Bravo Nadal. Esta noche veremos una nueva prueba del equipo nacional y el domingo estará el Málaga en Zaragoza. Ya veremos qué pasa.
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