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Munar se desquita al fin en Marbella
A la cuarta oportunidad el tenista balear vence en una final en Puente Romano, mientras que la egipcia Sherif gana sin ceder un solo set en el primer WTA 125
No es lo que dicta el sabio refranero español, pero a la cuarta va la vencida, al menos para Jaume Munar. El balear (89º), que ... había desperdiciado tres finales en Puente Romano, dos de ellas en Challengers y una en el ATP 250 de hace un año, no dio esta vez opción a la sorpresa ante el argentino Pedro Cachín (228º), al que superó por un doble 6-2. Mientras, la final femenina, en el primer WTA 125 de Marbella, inscribió para la posteridad el nombre de una egipicia, Mayar Sherif (73ª), tercera favorita del cuadro y que suma su segundo entorchado de esta categoría, tras el de Karlsruhe (Alemania), al superar en dos horas y diez minutos a Tamara Korpatsch (149º).
Munar era claro favorito ante Cachín, al que ganó en los cinco precedentes jugados, cediendo un solo set. Para colmo, el argentino no fue el de citas anteriores esta semana en Marbella. Instalado en Sant Cugat del Vallés, castigado por las lesiones y que a sus 26 años tiene tenis para más, se le vio algo más cansado. Lo aprovechó Munar, otro terrícola puro y al que en la pista Manolo Santana se le ve moverse como pez en el agua.
No tuvo mucha historia la final. Al incontestable 6-2 del primer set le sucedió una segunda manga algo más igualada en su desarrollo inicial. Munar tenía el aviso de lo que le sucedió el sábado a Andújar, que se vio remontado por Cachín, pero no se repitió este domingo y el choque, de se cerró con otro 6-2, con apenas hora y veinte minutos consumidos, de récord. «Me gustaría recordar a Ronnie Leitgeb y reconocer a Florian, que hereda este torneo. Esta pista tiene parte de mi corazón. Estar en Puente Romano es como estar en casa. Ojalá en breve un ATP 250 aquí y por qué no soñar con más», declaró tras el partido Munar –otro que acaba sin perder sets–, después de un sentido homenaje en la pista (minuto de silencio incluido) al factótum de esta competición, un Ronnie Leitgeb fallecido inesperadamente hace apenas un mes.
En féminas Sherif derrotó en un duelo inédito a Korpatsch (149ª). Es una historia atípica la de esta jugadora de un país exótico, que no lo ha tenido fácil para llegar a le élite y que no ha cedido un solo set esta semana en Marbella. Ya hizo historia en el Abierto de Australia al convertirse en la primera jugadora de su país en ganar un partido en un Grand Slam, y en agosto alcanzó su primera final en un WTA 250, en Cluj-Napoca (Rumania) y se metió por primera vez en el 'top 100'. «En mi país no es fácil encontrar una buena cancha. La mayoría son de tierra, y ahora están apareciendo algunas duras. Pero no hay ni una 'indoor' ni de césped, ni siquiera artificial. También es complicado encontrar entrenadores. Yo cuando era chica tenía más de una hora de viaje desde mi casa hasta el club. Era agotador, pero amaba el tenis», ha llegado a declarar Sherif, que primero estudió en Estados Unidos (en Medicina Deportiva en la Universidad de Pepperdine, Florida.) y emigró a España para su preparación tenística, primero, en la academia de Juan Carlos Ferrero en Villena (Alicante), y luego, en la Escuela del Club de Campo Elche, con su actual preparador, Justo González. En enero de 2019 estaba 500ª en el 'WTA ranking', y ha dado un gran salto. Junto a la tunecina Ons Jabeur (décima del mundo) representa el auge del tenis norteafricano.
Una victoria muy trabajada
Sherif tuvo que superar un partido durísimo, que en sus seis primeros juegos registró opciones de 'break'. Tras un calvario para asegurar el saque y forzar la 'muerte súbita', aunque no hubo punto de set en contra, se llevó el desempate con inesperada facilidad y tuvo 'break' arriba dos veces en el set definitivo. Con 5-3 y saque no cerró el choque, pero ganó el torneo con una imponente dejada tras dos bolas muy dudosas que salvaron a Korpatsch.
«Me he divertido mucho en mi estancia aquí. Me gusta este país. Es mi segunda final perdida aquí (la otra, en Valencia en 2019, ante Gracheva), pero en España hago gran tenis», reconoció Korpatsch, y Sherif recordó que «los dos últimos años han sido especialmente duros por la pandemia, y ahora me divierto cada vez que salgo a una pista y haya espectadores y se crea un ambiente como el que hemos tenido».
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