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FUERA DE PISTA

Ha nacido una estrella

ENRIQUE GLÜCKMANN

Martes, 2 de abril 2019, 00:11

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Después del cataclismo de Melbourne, Ferrari llegó a Baréin en modo dominante y, lo que es más importante, logró escribir una nueva página en la historia. La 'pole position' de Charles Leclerc puede ser el inicio de una nueva época pues el monegasco, como he venido diciendo reiteradamente, tiene madera para llegar a ser campeón del Mundo y puede que lo sea incluso este mismo año, si le apoyan dentro de su equipo.

Ferrari, que había dominado todos los test de pretemporada, apareciendo como una seria amenaza a la era Mercedes, llegó a Australia y desapareció. Bien es cierto que este circuito es atípico, pero de vuelta a pistas más tradicionales ha demostrado que están a la altura de los alemanes y en determinadas ocasiones incluso por delante, si la fiabilidad mecánica se lo permite.

Es difícil construir un coche de Fórmula 1 que domine en todas las pistas, pero lo que hay que hacer es tener un vehículo que responda a los reglajes y vaya más o menos bien en todos los trazados del Mundial. Eso es lo que hasta ahora tenía Mercedes y lo que parece haber conseguido Ferrari, por lo que si no me equivoco, habrá circuitos donde gane un Mercedes y otros donde gane un Ferrari, dejando las migajas para la 'segunda división' cuando ellos dos tengan un percance o exista alguna incidencia, como por ejemplo la lluvia o averías mecánicas.

El Mundial volverá a decidirse entre Mercedes y Ferrari, y lo ganará quien no falle en los circuitos que sean propicios a su propio coche y quien sea capaz de adaptarse mejor e incluso ganar, en los circuitos donde el contrario tiene la obligación de vencer, como ha sucedido en Baréin, un circuito de características Ferrari.

Leclerc ha sufrido la terrible injusticia de perder una carrera que había merecido desde el viernes, por una avería en la parte eléctrica de su motor, regalándole una victoria a Hamilton que a su vez había llegado a la segunda posición tras una feroz lucha con Vettel, que cada vez pierde los papeles con más frecuencia y que hará correr ríos de tinta por el resultado de esta carrera.

McLaren fue la sorpresa del fin de semana junto con Leclerc. Los ingleses metieron sus dos coches en la Q3 de forma solvente y esto es un buen dato, por fin la correlación de datos entre el túnel del viento y la pista parecen ser fiables tras mas de cuatro años de absoluto desbarajuste. Carlos Sainz, que realizó unos fantásticos entrenamientos solo cometió un error: entrar en un cuerpo a cuerpo con Verstapen cuando luchaban por la quinta posición al inicio de la prueba, pensando que el holandés levantaría para dejarle pasar. Pero no fue así y lo debería saber por experiencias previas -cuando llegas a él o le pasas sin imperativos o eres hombre muerto-; el madrileño vio arruinada su carrera al tocarse ambos y llevarse la peor parte.

Y ya que hablamos del mundo Red Bull, un apunte, su segundo piloto Pierre Gasly esta comenzando a vivir la pesadilla que es compartir equipo con Verstapen; la rapidez del holandés y la presión que el francés siente sobre sus espaldas han hecho saltar las alarmas y si antaño el equipo energético tenía una tropa de pilotos en formación esperando para subir a uno de sus coches, en la actualidad tienen una sequía importante donde solo Verstapen saca beneficio propio, demostrando de paso que la asociación con Honda ha sido un acierto. Es verdad que a los japoneses aún les falta mucho para llegar al nivel de los dos primeros, pero su alianza con el mejor fabricante de chasis de la Fórmula 1 actual no tardará en dar frutos.

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