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Francesco Bagnaia, en el circuito de Cheste. efe
Doble traca final en Valencia
GP de la Comunidad Valenciana

Doble traca final en Valencia

El circuito Ricardo Tormo será el escenario de la última y decisiva cita del Mundial con los títulos de MotoGP y de Moto2 en juego

jesús gutiérrez

Valencia

Jueves, 3 de noviembre 2022, 20:32

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Nueve meses de carreras y 19 grandes premios después el Mundial de MotoGP llega vivo a la última cita del año. La balanza está muy desnivelada en favor de Pecco Bagnaia, que con 23 puntos de ventaja acaricia su primer título en la clase reina. Ya fue subcampeón el año pasado por detrás del piloto que defiende corona en Valencia, Fabio Quartararo. Pero el francés tiene una última y única bala para evitar el alirón italiano: solo le vale ganar la carrera y esperar el pinchazo de su rival. O lo que es lo mismo, sumar los 25 puntos de la victoria y que Bagnaia sea 15º o peor. Misión (casi) imposible para Quartararo.

El italiano y el francés son el principal foco de atención en el Circuit Ricardo Tormo, que ha vendido su gran premio bajo el epígrafe #TheDecider (el decisivo). Ambos coincidieron en la rueda de prensa oficial de este jueves, donde a ambos se les vio relajados. Uno por lo atado que tiene el campeonato y el otro porque lo tiene perdido. «Toca ser inteligentes este fin de semana», comentaba el líder del Mundial. «Hemos conseguido llegar a Valencia con una renta que me permite afrontar con comodidad la última carrera, pero todavía falta rematarlo», recordaba.

Bagnaia llegó a estar a 91 puntos de Quartararo en el ecuador de la temporada, así que al francés no le quedaba otra que asumir su condición de derrotado y afrontar un fin de semana sin excesiva presión: «Quizás sea más fácil así porque solo me vale ganar la carrera y esperar. así que afronto el fin de semana sin nada que perder». No solo la tendencia juega en contra del francés; los resultados del año pasado en Valencia tampoco le dan mucha esperanza. Entonces Bagnaia ganó la carrera y otras dos Ducati le escoltaron en el podio.

La fábrica italiana está más cerca que nunca de cumplir un sueño que persigue desde el año 2007. Han ganado los tres últimos campeonatos de constructores pero se les resiste la pieza de caza mayor, el de pilotos. Y ahora, más que nunca, lo acarician con la yema de los dedos. Ya no hacen falta órdenes de equipo porque todo lo que no sea un triunfo de Quartararo significará el título para su equipo, así que este fin de semana todas las Ducati salen a ganar.

Para el resto de pilotos que compartirán parrilla con los dos pilotos que se juegan el título y que no tienen intereses corporativos, el fin de semana será muy diferente. Aleix Espargaró, que hasta la última cita de Malasia mantenía posibilidades matemáticas de ser campeón, ahora peleará por mantener la tercera posición en la clasificación final ante otra Ducati, la de Enea Bastianini, con el que solo le separa un punto. Mientras que para Marc Márquez, Valencia será la oportunidad de despedir un año difícil con otro buen sabor de boca e intentar dar a Honda su primera victoria del año. También será un gran premio especial para Joan Mir y Álex Rins, los dos pilotos de Suzuki, que cambiarán de aires después de Valencia con el adiós de la fábrica japonesa.

El sueño de Augusto Fernández

Si el título de MotoGP está prácticamente visto para sentencia, mucho más apretado se presenta el final de Moto2, donde el líder, Augusto Fernández, tratará de hacer buenos los 9 puntos y medio que tiene de renta sobre Ai Ogura. Una ventaja que le permite sacar la calculadora durante el fin de semana y marcar al piloto japonés, que en caso de que ganase la carrera el domingo, al piloto balear le valdría con estar en el podio para ser campeón.

Será un fin de semana especial para Augusto Fernández, el más especial de su vida, como reconocía: «La teoría pasa por afrontar el fin de semana con normalidad, como si fuese uno más, pero no será fácil». En Valencia contará con el factor cancha a favor y no ve el momento de arrancar su Moto2. «Llevaba toda la semana deseando que llegara el jueves para estar en el circuito porque en casa te comes mucho la cabeza. Ya estoy deseando arrancar el fin de semana y que empiecen los entrenamientos, quiero disfrutar del fin de semana». Para Augusto, proclamarse campeón del mundo sería algo más que cumplir un sueño: «Significaría que todos los sacrificios que ha hecho mi familia por mí cobran sentido». El sueño de toda una vida más cerca que nunca.

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